miércoles, 20 de septiembre de 2023

MÁS DE TRAGEDIA

 

La última versión de esta entrada presenta materiales que utilizaré la semana que viene (hoy es el 20 de septiembre de 2023) en clase, en una sesión de introducción a la tragedia griega. 

Desde luego, el blog contiene unas cuantas entradas sobre tragedia. Aun así, esta entrada posee un carácter distinto, básicamente didáctico, en función de la realidad de este curso.


Partimos, aunque sea para discutirlo, de lo que dice Aristóteles (Poética 1448b4-9) sobre la imitación, en su contexto también la dramática:

Parece que engendraron el arte poética, en términos generales, dos causas, y estas son naturales. Es que el imitar es connatural a los humanos desde niños y se diferencian de los otros seres vivos en esto, en que es muy proclive a la imitación y adquiere los primeros conocimientos a través de ella; y que todos disfrutan con las imitaciones.

Además, explica también (Poética 1448b24-27; 1449a2-6) como algo natural por qué existen dos formas dramáticas distintas, tragedia y comedia (y considera, además que el teatro es más elevado que otros tipos de poesía): 

La actividad poética se dividió según los caracteres propios. Es que la gente más digna imitaba las acciones bellas y las de los que eran tales, al tiempo que los más ruines imitaban las de los viles, componiendo primero cantos de escarnio, al igual que otros hacían himnos y encomios (…). Tras aparecer la tragedia y la comedia, los poetas, inclinándose por uno u otro tipo de poesía según la propia naturaleza, dejaron los unos los yambos para hacerse comediógrafos mientras los otros abandonaban el verso épico y se hacían autores de tragedia, pues estas formas son más elevadas y respetadas que aquellas.

Ahora bien, las cosas no son exactamente así, al menos en lo que se refiere a la imitación dramática, aunque lo diga Aristóteles. 

Para explicar que el teatro no es algo que podamos dar por supuesto en todas las culturas y épocas, leeremos un texto breve de Borges, sacado de La busca de Averroes. Los traductores árabes de la Poética se esforzaban en traspasar a categorías de su cultura las nociones de las que habla Aristóteles en esa obra, sin tener una idea cierta de qué era una 'tragedia'; o una 'comedia'.

Los muecines llamaban a la oración de la primera luz cuando Averroes volvió a entrar en la biblioteca. (…) Algo le había revelado el sentido de las dos palabras oscuras [tragedia y comedia]. Con firme y cuidadosa caligrafía agregó estas líneas al manuscrito: Aristú (Aristóteles) denomina tragedia a los panegíricos y comedias a las sátiras y anatemas. [Admirables tragedias y comedias abundan en las páginas del Corán y en las mohalacas del santuario.]


Después hay que presentar y explicar las características físicas del teatro antiguo. Ya hay una planta de un teatro en la entrada 17. La tragedia: orígenes; desarrollo; circunstancias. Aun así, añado aquí otra, más esquemática y, quizá, más práctica en el contexto de estas clases:



Después pienso utilizar el prólogo de Antígona. Para presentar esta obra e ilustrar con esos versos características del teatro de Sófocles. Ahora bien, este material no lo repito porque una entrada anterior ya recoge los versos 1-40 de la Antígona de Sófocles según una traducción mía.


La idea es establecer también un contraste con el tipo de prólogo que escribía Eurípides. Por eso comentaremos también los versos 1-45 de Medea. En este caso la traducción es de Marcela Coria (habla la nodriza):


¡Ah!, si la nave Argo no hubiera atravesado en vuelo

las sombrías Simplégades, hacia la tierra de los colcos,

ni en los valles del Pelión hubiera caído nunca

el pino cortado, para dotar de remos las manos

de los varones excelentes que el vellocino de oro                                                            5

para Pelias fueron a buscar. Pues mi señora

Medea no habría navegado hasta los muros del país de Yolco,

herida en el corazón por el amor a Jasón,

ni, luego de persuadir a las hijas de Pelias de matar

a su padre, habitaría esta tierra corintia                                                                               10

con su esposo y sus hijos, agradando en verdad

a los ciudadanos a cuya tierra había llegado exiliada,

coincidente en todo con Jasón.

Suprema salvación es ésta:

cuando la mujer no está en desacuerdo con el marido.                                                  15


Ahora, en cambio, todo es hostilidad, y los vínculos con los seres más queridos están enfermos.

Pues luego de haber traicionado a sus propios hijos y a mi señora,

Jasón se tiende en regio lecho

tras haber desposado a la hija de Creonte, que reina sobre esta tierra.

Y la infeliz Medea, deshonrada,                                                                                               20

proclama a gritos los juramentos, invoca la diestra,

suprema garantía, y pone a los dioses por testigos

de qué recompensa, a cambio, recibe de Jasón.

Yace sin alimento, abandonando su cuerpo a los dolores,

consumiéndose todo el tiempo entre lágrimas                                                                  25

desde que se enteró de que ha sufrido injusticia de parte de su marido,

y no alza la mirada ni aparta del suelo

su rostro. Como una roca o una marina

ola, así escucha a los seres queridos cuando intentan calmarla.

Si alguna vez vuelve su blanquísimo cuello,                                                                         30

llora para sí a su padre querido,

su tierra y su casa, a los que traicionó al marcharse

con un hombre que ahora la ha deshonrado.

Ha aprendido de su infortunio, la desdichada,

lo que significa no abandonar la tierra patria.                                                                    35

Odia a sus hijos y no se alegra al verlos.

Temo que planee algo inesperado,

[pues violento es su ánimo, y no tolerará

ser maltratada. Yo la conozco, y tengo miedo

de que se hunda un afilado cuchillo en el hígado,                                                             40

luego de entrar silenciosamente en la habitación donde está tendido su lecho,

o que mate al rey y al que se ha desposado,]

y se haga acreedora, después, de algún infortunio mayor.

Es temible, sin duda; no fácilmente, por cierto, quien entre

en enemistad con ella podrá cantar gloriosa victoria.                                                     45


Añado también, de la misma obra (versos 214-251) y por la misma traductora, este parlamento de la protagonista:


Mujeres corintias, he salido del palacio

para que nada me reprochéis; sé que muchos mortales                                                215

son altivos, unos, lejos de las miradas,

otros, entre la gente, y que los que buscan la tranquilidad

adquieren una mala reputación de indolencia.

Pues no existe la justicia en los ojos de los mortales,

quienes, antes de haber conocido con certeza la índole de un hombre,                 220

lo odian con sólo haberlo mirado, sin que hayan sido agraviados en ningún modo.

Es necesario que el extranjero esté en muy buenas relaciones con la ciudad;

no alabo al que, orgulloso,

se muestra áspero con los conciudadanos a causa de su necedad.

Pero a mí, en verdad, esta situación imprevista que me ha sobrevenido                225

me ha destruido la vida. Estoy perdida, y,

abandonada la alegría de la vida, deseo morir, amigas.

Porque él, mi esposo, que era todo para mí, lo sé bien,

se ha convertido en el peor de los hombres.

De todos los seres vivos y que tienen entendimiento                                                    230

las mujeres somos la criatura más desventurada.

En primer lugar, es preciso que con grandes riquezas

nos procuremos un esposo y consigamos un amo de nuestro cuerpo:

esta desdicha es más dolorosa aún que la otra.

Y el riesgo mayor consiste en esto: si se consigue un esposo malo                            235

o uno bueno, porque las separaciones no aportan buena reputación

a las mujeres, y no es posible rechazar al esposo.

Además, cuando una ha llegado a establecerse entre nuevas costumbres y leyes,

es necesario que sea adivina, sin haberlo aprendido en casa,

para saber con qué clase de compañero de lecho ella tendrá que tratar.                       240

Y si, en el caso de que tengamos éxito en esto,

nuestro esposo convive con nosotras sin conducir el yugo por la fuerza,

nuestra vida es envidiable. Pero si no, es preciso morir.

Un hombre, cuando se hastía de vivir con los de dentro,

se marcha afuera y libra su corazón del fastidio                                                                245

[luego de dirigirse a casa de un amigo o de alguien de su edad].

Para nosotras, en cambio, es forzoso dirigir la vista a una única persona.

Dicen que vivimos una vida carente de peligros,

en casa, mientras ellos luchan con la lanza.

Necios. Tres veces junto al escudo                                                                                         250

quisiera yo permanecer de pie, antes que dar a luz una sola vez.


José B. Torres Guerra



lunes, 28 de agosto de 2023

AGUSTÍN DE HIPONA Y LA BÚSQUEDA DE DIOS: LAS CONFESIONES (GUÍA DE LECTURA)

 

En la época en la que el cristianismo es tolerado y se convierte después en la religión del estado surge un nuevo tipo de santo que podemos ejemplificar con las Confesiones de san Agustín.

Seamos realistas: para Agustín la búsqueda de Dios y la verdad última es un proceso arduo al que, además, no se le verán los frutos en esta vida.

 


Las Confesiones de San Agustín (354-430 d. C.) son una autobiografía espiritual que abarca los 35 primeros años de vida del autor; el texto pone un énfasis particular en su desarrollo interior y en cómo abrazó el cristianismo. Como género literario, la obra amalgama elementos de autobiografía, filosofía, teología y exégesis bíblica. Al denominarla “autobiografía espiritual” se está indicando que el propósito del autor no es contar su vida, sino dar explicación espiritual o filosófica de momentos interiores y exteriores de su biografía. La obra tuvo una influencia importante en la literatura cristiana y no cristiana de los siglos posteriores.

La estructura de las Confesiones se corresponde con su finalidad y contenido: trata del regreso o retorno de la creación a Dios y tiene como fin inspirar a otros a emprender esa búsqueda. La obra se compone de 13 libros. Los nueve primeros están organizados de manera cronológica, mientras que el libro 10 es una exploración sobre la memoria, y los libros 11-13 son interpretaciones detalladas del primer capítulo del libro del Génesis, que describe la creación del mundo. Se ha de notar que también en este caso prima la lectura espiritual: en 12 y 13, san Agustín no quiere escribir una cosmogonía, un relato sobre el origen del mundo, sino establecer relaciones entre el mundo (macrocosmos) y el espíritu del hombre (microcosmos). 

Formalmente, el autor adopta de manera muy original una apelación directa a Dios, una “oración íntima, pero en voz alta y puesta por escrito”. En este sentido, puede ser esclarecedor notar que “confesión” está usado por el autor a propósito con al menos tres sentidos: la admisión de la culpa por hechos pasados (“confesión de los propios pecados”: confessio peccati), la fe (confessio fidei) y el acto de alabanza a Dios (“confesión de la grandeza de Dios”: confessio laudis).

 

A continuación, se propone una síntesis de los libros que se van a trabajar este curso:

Libro I

El libro I se ocupa de la infancia y primera niñez de san Agustín, con interesantes comentarios sobre la primera memoria y sus recuerdos de la escuela y de la enseñanza de la literatura latina.

Libro II

El libro II se centra en la adolescencia del autor, sus primeros estudios de oratoria y otros episodios entre los que destaca el conocido “robo de las peras”, que le sirve de punto de partida para una reflexión sobre las causas del mal moral.

Libro III

En este libro se narra la juventud de Agustín en Cartago, a donde acude para estudiar retórica. Al tiempo desarrolla su pasión por la sabiduría por el efecto positivo que produce en él la lectura del Hortensio de Cicerón. Su búsqueda de la verdad lo lleva por un camino que juzgará después equivocado, el maniqueísmo.

Libro VIII

Los libros IV-VII siguen hablando de la edad adulta del autor, de su carrera profesional como profesor de retórica, de sus intereses filosóficos y espirituales (maniqueísmo), de su vida con una concubina y de su progresiva aproximación al cristianismo.

El libro VIII es el libro dedicado por el autor a los momentos previos e inmediatamente posteriores a su conversión. Aunque San Agustín estaba ya convencido de que “existe una sustancia indestructible de la que procede toda substancia (Dios)”, se resistía a comprometerse por completo y bautizarse: “… deseaba estar, no más cierto de ti, sino más estable en ti”. Los relatos de las conversiones y caminos espirituales de varios conocidos de su entorno cercano cooperan a que llegue a un momento de crisis espiritual. Es interesante examinar en qué términos describe el autor el conflicto de su voluntad en relación con su identidad (8.11, 16, 18-21). El libro incluye asimismo el conocido pasaje en el que oye a un niño decir “toma y lee” (8.29); este episodio provoca su decisión definitiva de convertirse.

Libro IX

Después de su conversión, Agustín abandona su cátedra de retórica. Se retira a una finca en Casiciaco, cerca de Milán, y allí se prepara interiormente para el bautismo. Este le es administrado por san Ambrosio, quien también bautiza en esa ceremonia a su amigo Alipio y a su hijo Adeodato. Cuando está a punto de regresar a África con su madre, Mónica, esta muere en Ostia; poco antes, ambos tienen una experiencia mística que el autor refiere en detalle.

 


Para orientar la lectura, se proponen las siguientes cuestiones:

  • ¿A quién van dirigidas las Confesiones? ¿Es sincera la oración de Agustín a Dios o nos está hablando realmente a nosotros, a los creyentes, los no creyentes, los filósofos, los oradores…?
  • ¿Qué problemas observa el autor en el proceso de auto-conocerse y la exploración de la propia interioridad? ¿Por qué es importante este paso en el proceso de búsqueda del Bien y de Dios?
  • ¿Qué relevancia tiene el episodio del “robo de las peras” para conocer la interioridad? ¿Cree el autor que se puede hacer el mal realmente “de balde” o siempre se busca un bien inferior o aparente? Por otro lado, ¿qué imagen de la infancia ofrece la obra?
  • ¿Cómo describirías la tensión que existe en la vida de Agustín entre el bien y el mal?
  • ¿Cuál es la relación que mantiene el autor con los textos a los que se refiere en el libro III, el Hortensio y la Sagrada Escritura? ¿Qué le impulsa a la lectura de esas obras y en qué medida le descubren nuevos caminos en su vida?
  • ¿Por qué decide Agustín abrazar el maniqueísmo, qué espera encontrar en esa doctrina y qué descubre realmente? ¿Cuál es el concepto del mal y la moral que propone la doctrina maniquea y cuál el que defiende al final Agustín?
  • ¿Cómo se produce la conversión de Agustín? ¿Nos parece un proceso creíble o una reelaboración retórica? ¿Pensamos que una conversión es algo así?
  • ¿Por qué se resiste interiormente Agustín a la conversión? ¿Es la conversión de Agustín un acto de libertad? El acto de libertad, ¿puede implicar un compromiso tan radical como el que adopta Agustín, además sin vuelta de hoja?
  • ¿Es san Agustín feliz o vive agobiado por el mal, la culpa y el pecado? Las Confesiones, ¿son, en algún sentido, una obra optimista? La conciencia del propio mal, de la propia culpa, ¿puede hacer que la obra nos resulte extraña?
  • Al principio del libro IX Agustín se pregunta dónde se hallaba su “libre albedrío” durante todos los años en los que vivió sin ser cristiano. ¿Por qué se siente libre cuando va a adoptar compromisos graves que parecen recortar su libertad?
  • ¿Qué imagen ofrece Agustín de su madre Mónica? ¿Cuál es el sentido de lo que dice sobre ella en el contexto de toda la obra?
  • ¿Qué relación se puede encontrar entre el “éxtasis de Ostia” y el tema general de este curso?
  • Por último, ¿es el protagonista una persona íntegra, capaz de buscar durante años la verdad? ¿Se puede dar una respuesta no trascendente a la búsqueda del Bien y la verdad a la que se consagra Agustín?



lunes, 21 de agosto de 2023

PLATÓN: CRITÓN. GUÍA DE LECTURA (II)

 

Este blog ya contiene una primera entrada sobre el Critón de Platón, empleada como guía de lectura en el curso sobre "Destino y libertad en el Mundo Clásico" que impartí durante cinco cursos en mi Universidad.

Esta nueva entrada adapta la primera a un nuevo tema, "Héroes, sabios, santos: figuras clave del Mundo Clásico". La información sobre el diálogo, su contexto histórico  y literario, se mantiene prácticamente igual. Los cambios de mayor calado atañen a las cuestiones planteadas sobre la lectura.



CRITÓN 
(subtitulado “o del deber” en la tradición) es el más breve de los diálogos socráticos de Platón. Pertenece al grupo de escritos platónicos que tratan sobre el proceso instruido contra Sócrates (469-399 a. C.) tras la reinstauración de la democracia en Atenas (403 a. C.):
  • En Eutifrón Sócrates se encuentra y dialoga con el personaje que da título al texto. Cuando se produce este encuentro, el maestro de Platón se dirige al juicio en el que se debe defender de las acusaciones de corromper a la juventud e introducir en Atenas divinidades ajenas a la polis.
  • La Apología de Sócrates recoge tres discursos pronunciados por el filósofo durante su juicio. El primero es el discurso de defensa expuesto ante las acusaciones presentadas por Ánito, Meleto y Licón. Tras escuchar a las partes se produce la votación y Sócrates es condenado a muerte según la petición de los acusadores. En el caso de una sentencia desfavorable, el sistema ateniense preveía que el acusado propusiera una condena alternativa; el segundo discurso de la Apología contiene la singular contrapropuesta de Sócrates: ser mantenido a costa del erario en la institución del pritaneo; al votarse tal alternativa, aumentó el número de votos favorables a la ejecución. No se sabe a ciencia cierta si estos dos discursos responden a la literalidad de lo que dijo Sócrates en el juicio; el tercero debe de ser en cambio una recreación de Platón pues el sistema ateniense no concedía la última palabra al condenado; en esa intervención Sócrates desarrolla una justificación de su vida y pensamiento.
  • En Critón este discípulo de Sócrates se presenta en la celda de su maestro para proponerle un plan de fuga: si Sócrates accede, puede huir de la cárcel porque sus discípulos más pudientes están dispuestos a sobornar a los carceleros. El diálogo presenta a continuación la argumentación contraria de Sócrates, quien entiende que la propuesta de Critón va contra la justicia y las Leyes.
  • Fedón dramatiza las últimas horas de la vida del maestro de Platón, quien, momentos antes de que se cumpla su sentencia de muerte, dialoga sobre la inmortalidad del alma con algunos de sus discípulos más allegados; entre estos se hallan Critón y los dos interlocutores principales del diálogo, Simias y Cebes. La obra concluye cuando Sócrates bebe la cicuta, que le produce una parálisis progresiva que acaba con su vida.
Para entender de manera adecuada el proceso de Sócrates se deben tomar en consideración sus circunstancias. 

A ojos de sus contemporáneos, Sócrates era otro exponente del movimiento ilustrado ateniense del s. V a. C. Esta corriente, que cuestionaba las tradiciones de la ciudad, tenía por representantes más característicos a los sofistas, cuyas ideas se le atribuyen a Sócrates en la acusación presentada contra él en la Apología; esta obra recuerda que el comediógrafo Aristófanes (hacia 445- 386/380 a. C.) le adscribía en su comedia las Nubes ideas propias de los sofistas o de Anaxágoras, filósofo que huyó de Atenas acusado de impiedad.

Desde la perspectiva de la posteridad no hay duda de que Sócrates es un pensador distinto de los sofistas. Sin embargo, este no era el juicio de la mayoría de sus conciudadanos, quienes confundían su pensamiento con el de esos profesionales de la palabra. La identificación popular de Sócrates con el movimiento sofístico debe de ser la causa última de su condena a muerte: quienes culpaban al espíritu de la Ilustración griega de un acontecimiento histórico tan dramático como la derrota de Atenas en la Guerra del Peloponeso encontraron en Sócrates un chivo expiatorio perfecto en quien descargar su resentimiento. Se debe recordar, además, que había lazos personales entre Sócrates y los Treinta Tiranos que gobernaron la polis, con el apoyo de Esparta, al término de la Guerra; Critias, discípulo del filósofo y tío de Platón, era uno de ellos.




Como ESTRUCTURA del Critón se puede proponer la siguiente:
  1. INTRODUCCIÓN (43a1-44b6): Critón se presenta en la prisión en la que se halla Sócrates y le informa de que ya está cerca de Atenas el navío enviado por la ciudad a Delos; cuando llegue este, concluye el tiempo sagrado durante el cual no se puede ejecutar a nadie en la polis. La muerte de Sócrates es inminente y ello lleva a Critón a rogarle que huya con su ayuda.
  2. ARGUMENTOS DE CRITÓN (44b6-46a9): este personaje le explica al filósofo que él y otros compañeros lo han preparado todo para que pueda escapar. Critón llama la atención sobre el hecho de que Sócrates no se debe preocupar por si esta actuación atrae sobre sus amigos atenienses las represalias de la polis; al contrario, insiste en que sería una vergüenza que no le ayudaran siendo capaces de hacerlo.
  3. RÉPLICA DIALÓGICA DE SÓCRATES (46b1-50a5): al principio de esta se establece una contraposición entre la opinión de la mayoría, probablemente partidaria del punto de vista de Critón y sus compañeros, y la opinión de aquellos que realmente entienden, quienes saben qué es justo y qué no. Tras concederles prioridad a los segundos se concluye que se debe obrar siempre con justicia y que sufrir una injusticia no autoriza a cometer otra.
  4. APARICIÓN ANTE SÓCRATES DE LAS LEYES PERSONIFICADAS (50a6-54d2): tras el intercambio de preguntas y respuestas entre Critón y Sócrates, las Leyes de la ciudad se presentan ante este y le muestran los múltiples inconvenientes de actuar en su contra. Se concluye que el ciudadano ha de acatar siempre las decisiones legales, aun cuando considere que se actúa con él de manera injusta. Las Leyes dejan asimismo probado que la huida de Sócrates tampoco sería útil ni para él ni para sus hijos ni para sus amigos.
  5. CONCLUSIÓN (54d3-e2): el diálogo termina con el reconocimiento por parte de Critón de que no puede rebatir los argumentos de Sócrates ni de las Leyes.


Algunas CUESTIONES a las que se puede atender al leer el Critón:

  • ¿Qué cuestiones nos han llamado especialmente la atención al leer esta obra, con qué estamos de acuerdo o en desacuerdo? Aunque no se refiera de modo directo a la cuestión del ‘sabio’, ¿estamos de acuerdo con que la justicia es obedecer a las leyes de la ciudad, hasta el punto de que el ciudadano sea su “hijo y esclavo”?
  • Sócrates, al principio de la obra, parece prestar bastante crédito a un sueño. ¿Es eso compatible con la idea que podamos tener de lo que es un ‘hombre (o mujer) sabio’? ¿Incurre en una superstición?
  • En cualquier caso, aceptada la opinión común de que Sócrates fue un sabio, ¿en qué momento del diálogo empezamos a notar que piensa y razona de una manera especial? ¿Se dice positivamente que él es ‘sabio’?
  • ¿Es Critón un ‘discutidor’ que pueda rivalizar con Sócrates? ¿Conduce Sócrates a Critón a que descubra personalmente la verdad, según el ‘método socrático’, o lo que hace es arrimar el ascua a su sardina?
  • ¿Debe un sabio como Sócrates hacer caso de la opinión de la mayoría y por qué? ¿Cuál es, a este respecto, la postura de Critón?
  • ¿Quién es «el entendido en lo justo e injusto» al que se refiere en cierto momento el diálogo?
  • ¿Cuál es el papel que Sócrates les reconoce en su vida a la razón y al razonamiento?
  • ¿Ofrece la obra, en conjunto, una imagen clara de qué es una persona sabia? ¿Qué rasgos característicos de este tipo humano se deducen del diálogo?
  • Si el diálogo no pretende presentar una imagen ideal de la persona sabia, ¿cuál es realmente su tema?
  • Desde nuestro punto de vista, ¿es o no es justo que Sócrates huya de la cárcel contra lo prescrito por las leyes atenienses?; ¿es justo que Sócrates sea ajusticiado a causa de su pensamiento y actuación pública en Atenas?; ¿qué ocurre si las leyes de la polis no son justas, o si las leyes no son injustas, pero sí los hombres que las aplican?