lunes, 29 de diciembre de 2008

LA HISTORIOGRAFÍA DEL HELENISMO Y ESTRABÓN

1. LA HISTORIOGRAFÍA DEL HELENISMO, ENTRE LA ORATORIA Y LA POESÍA
2. HISTORIADORES MENORES
3. POLIBIO
4. ESTRABÓN, ENTRE LA HISTORIA Y LA GEOGRAFÍA


1. LA HISTORIOGRAFÍA DEL HELENISMO, ENTRE LA ORATORIA Y LA POESÍA

En la historiografía de época helenística salta a la vista como novedad, si la comparamos con la de épocas anteriores, su carácter dramático: patético, podríamos decir.
En el estudio de la historiografía de esta época, la figura que ocupa el puesto fundamental es Polibio.
Pero sería injusto no conceder la atención debida a una serie de autores a los que se suele catalogar como historiadores menores.
Bien es verdad que, en bastantes casos, se trata de “historiadores fragmentarios” – aunque ahí tenemos también el ejemplo de Diodoro de Sicilia, con una obra extensa conservada.
Por ello
  • empezaremos hablando de estos otros historiadores;
  • seguiremos con Polibio;
  • concluiremos con Estrabón, autor de una obra historiográfica perdida y de otra geográfica que conservamos.


2. HISTORIADORES MENORES

Al hablar de “historiadores helenísticos menores” podemos hacerlo por comparación con la figura de Polibio.
Pero lo cierto es que, con tal forma de hablar, despertamos la falsa impresión de que figuras como Duris, Timeo o Posidonio carecieron de relevancia en su momento histórico cuando la realidad es, al menos en el caso de Posidonio, exactamente la contraria.
En relación con DURIS DE SAMOS recordaremos que vivió en torno a 340 – 270 y que en su obra buscó despertar las mismas pasiones que la tragedia: compasión y temor. No se conserva la obra de Duris.
De TIMEO DE TAUROMENIO diremos sólo que Polibio concibió su propia historia como continuación de la de éste.

Es más lo que podemos decir a propósito de POSIDONIO (hacia 135 – 51), miembro de la Estoa que aunó en su persona filosofía estoica y erudición universal.
Tras estudiar en Atenas, fundó su propia escuela en Rodas, escuela a la que atrajo a Cicerón.
Efectuó diversos viajes, hacia el Oeste (hacia España y los celtas) y hacia los Balcanes. Como enviado de los rodios compareció en Roma en el 87 / 86.
Tenía una fama de erudito tan grande que, según nuestras fuentes, causó sensación entre los generales romanos.
Por ejemplo, ése fue el caso de Pompeyo, de quien sabemos que en el 62 se detuvo con sus tropas en Rodas, a la vuelta de la expedición victoriosa contra Mitrídates.
Del encuentro entre ambos habla Plinio (NH VII 112).
Posidonio también fue historiador y continuó la obra de Polibio, extendiéndola del año 146 al 86. En relación con esta faceta de Posidonio se ha de recordar que Cicerón intentó en vano animarlo a poner por escrito su victoria sobre la conjura de Catilina.
A tenor de los títulos de sus obras queda claro que Posidonio fue un erudito integral: trata temas de Geografía, Etnología, Historia, Astronomía, Filosofía.
Pero en él primaba la visión filosófica del conjunto de los problemas y por eso no se perdía en infinidad de datos e informaciones puntuales.
Esa concepción filosófica de base que tenía Posidonio se deja expresar así: el Cosmos es un todo cuyas partes están interconectadas, como los miembros de un cuerpo; además, el Cosmos es guiado por una razón divina.
En esta visión del Cosmos desempeña un papel fundamental el concepto de “Simpatía”, pues, según Posidonio, cualquier alteración en una parte del Cosmos encuentra reflejo en el conjunto.
En la base de la filosofía de la historia y la cultura de Posidonio se hallan conceptos básicos del Estoicismo, en concreto el concepto cíclico de destrucciones del mundo a través del fuego (ekpýrosis) y posteriores regeneraciones (palingenéseia).
La misma alternancia entre un proceso y otro la reconoce Posidonio en el caso de la cultura y la historia.
Así, Posidonio entiende que se adapta a esta plantilla la historia de los reinos de los Diádocos o de Roma.

Algo posterior (en cualquier caso, en el S. I a. C.), DIODORO DE SICILIA intentó elaborar una Historia universal. Éste había sido también el empeño de Estrabón, sobre el que hablaremos más adelante.
La obra contenía 40 libros, de los que conservamos I – V y XI – XX. Para los libros perdidos contamos con excerpta bizantinos.
El título propio de la obra es Bibliothéke, en su sentido de “armario de guardar libros”.
Debía de tratar desde los orígenes del mundo (cfr. Spoerri 1959) hasta la conquista de Britania por César (54 a. C.).
Considera que la historia avanza en el sentido de una mayor culturización, y procura destacar las figuras que él considera más relevantes dentro de ese proceso:
  • Osiris
  • Dioniso
  • Heracles
  • Alejandro
  • César...
El propio Diodoro declara (I 3) que su objetivo es la síntesis: síntesis de los libros escritos por los historiadores previos, motivo por el cual da a su obra el título antes comentado (bibliothéke).
Ante este estado de cosas, y como era de esperar, la crítica se ha centrado en el rastreo de las fuentes de Diodoro.
Por cierto que este esfuerzo por la síntesis es característico de la etapa final del Helenismo, según hemos de ver también más tarde en el caso de Estrabón.

Al poco de morir Alejandro surgió algo así como una “historiografía de urgencia”, representada por los llamados “HISTORIADORES DE ALEJANDRO”, a los que sólo hemos conservado en forma de fragmentos; se trata de autores de los SS. IV-III a. C.


1) El primero de ellos es Ptolomeo Lago, compañero directo de Alejandro (fue su escudero, su somatophýlax) que escribe para corregir a otros autores anteriores a partir de sus conocimientos, obtenidos de primera mano.
  • Podemos conocer algo de la obra de Ptolomeo a través de Arriano, que en el S. II d. C. lo utilizó como fuente principal para redactar su Anábasis de Alejandro: contrapone lo que dice Ptolomeo a las informaciones de “la Vulgata” (tà legómena).
  • A tenor de lo que dice Arriano, parece que Ptolomeo se interesaba en su obra, sobre todo, por lo militar y político, y mucho menos por lo geográfico y etnográfico.
  • Además, Ptolomeo utilizó el diario del cuartel de Alejandro, las Efemérides escritas bajo la dirección de Eumenes de Cardia y Diodoto de Eritras.
2) Calístenes de Olinto es otra figura importante de este grupo de historiadores. Era sobrino-nieto de Aristóteles. Debió de nacer hacia el 370 a. C. Acompañó a su tío a la corte de Macedonia.
  • Trabajó como escritor al servicio de Macedonia; de este modo celebró las hazañas de Alejandro, al que acompañaba en sus expediciones, en sus Alexándrou práxeis.
  • Pero cayó en desgracia por la cuestión de la proskýnesis: por ello, fue ejecutado en el 327 a. C.
  • De Calístenes debe retenerse ante todo que a él se le atribuyó la muy influyente Novela de Alejandro, porque los elementos fantasiosos presentes en esa obra ya debían de hallarse en sus escritos auténticos.
3) Clitarco escribió hacia el 310 a. C., rhetorice et tragice, según Cicerón.
  • Narraba la vida de Alejandro desde el ascenso al trono hasta su muerte.
  • Es una figura de importancia porque su obra (llena de rasgos novelescos) parece estar en la base de eso que hemos llamado “la Vulgata”, contrapuesta a las obras de Ptolomeo, Arriano, y lo que podríamos considerar como “historiografía seria”.
4) Onesícrito participó en las expediciones de Alejandro y empezó a escribir a su muerte.
  • Su obra llevaba por título pôs Aléxandros echthe; éstas debían de ser las primeras palabras del libro.
  • Convertía a Alejandro en un héroe al que dotaba de rasgos filosóficos cínicos.
5) Cares de Mitilene: el “maestro de ceremonias” (eisangeleús) en la expedición.

6) Marsias de Pela.
  • Se había criado con Alejandro y es muy poco lo que se conoce de su obra:
  • se sabe que escribía desde la perspectiva macedónica;
  • además, debió de oponerse al culto a la personalidad de Alejandro (nos tropezamos otra vez con la cuestión de la proskýnesis).
Y podrían mencionarse otros muchos nombres de los que, igualmente, sólo conservamos fragmentos:

7) Efipo de Olinto.
8) Aristobulo de Casandrea.
9) Nearco...


3. POLIBIO

La historia de las RELACIONES LITERARIAS ENTRE GRECIA Y ROMA atravesó diversas fases.
En un principio fueron los romanos quienes se esforzaron en escribir sobre sí mismos para darse a conocer a los griegos (es el caso del historiador Fabio Píctor).
Pero cuando los romanos se hicieron con el control del Mediterráneo, la situación varió.
Entonces empezaron los griegos a escribir sobre Roma al objeto de comprender las razones de su éxito.
El primer representante importante de esta actitud fue POLIBIO: hacia 200 – 120 a. C. Sobre él, sigue siendo básica la monografía de Walbank (1972). ALGUNOS DATOS BIOGRÁFICOS:
  • Era natural de Megalópolis (Arcadia). La ciudad se constituyó después de Leuctra (371), como una forma de vasto sinecismo al objeto de oponerse a Esparta.
  • Sabemos que su padre era un estadista, Licortas, varias veces estratego de la liga aquea. En su patria también Polibio fue un miembro prominente de la liga, en la que tuvo el cargo de hiparco (169 a. C.).
  • Tras la victoria de Roma en la tercera guerra macedónica (171 – 169 a. C.), formó parte de los 1000 rehenes que fueron deportados a Italia y que no pudieron regresar a Grecia hasta 17 años después.
  • En Italia, en Roma, fue huésped de Escipión Emiliano, a quien quizá acompañó a Hispania en el 151.
  • Mientras se movía en ese entorno fue testigo de hechos históricos cruciales, como la destrucción de Cartago (146 a. C.): es este contacto directo con los acontecimientos lo que hace excepcional su obra historiográfica.
  • Más adelante debió de actuar como mediador tras el saqueo de Corinto en el 146 / 145.
  • Sabemos que al final de su vida volvió a su patria, donde murió a los 86 años por culpa de una caída del caballo.
Se ha perdido su obra Sobre la guerra numantina, en dos libros, centrada en el enfrentamiento de Roma con los celtiberos de la Península: es posible que también fuese testigo de este acontecimiento mientras acompañaba a Escipión.
Pero su obra fundamental son las HISTORIAS, en 40 libros, de los que sólo conservamos íntegros los libros I – V.
Del resto de las Historias tenemos conocimiento a través de extractos de época bizantina y fragmentos de extractos.
Las Historias conectaban en el libro I con la obra historiográfica de Timeo de Tauromenio, quien había concluido su historia de Sicilia en el año 264, es decir: antes de la conquista de la isla por los romanos.
Parece ser que Polibio prosiguió la narración hasta el año 144.
  • Los dos primeros libros de las Historias constituyen una especie de introducción, una prokataskeué, que ofrece una panorámica de los acontecimientos entre el 264 – 220: de esta manera Polibio enlaza con la historia de Timeo.
  • Los libros III a V narran los acontecimientos de Italia y Grecia hasta la batalla de Cannas: en esta parte el relato se desarrolla katà génos, “pueblo a pueblo” (Iberia, Italia, Grecia, Asia).
  • Por ello, Polibio debe recurrir regularmente al sincronismo (symploké) que le permita conectar los acontecimientos de unos escenarios y otros.
  • En el libro VI se hace una valoración de los distintos tipos de constituciones y se expone la superioridad de la romana.
  • En el libro VII, el año 215 a. C. constituía un hito a partir del que se abría una exposición analística (exposición año por año) referida tanto a Oriente como a Occidente: en el momento, entiende Polibio, en que existe una unidad somatoeidés (“a la manera de un cuerpo”) se abre el camino a escribir una “historia universal”.
  • A partir de aquí la materia se reparte de tal forma que cada libro comprende aproximadamente los acontecimientos de una Olimpiada, a veces los de un par de años.
  • El libro XII constituye dentro del conjunto una cesura, por su polémica contra la historiografía anterior: venía a ser otra digresión, comparable a la de VI.
  • En el libro XXIX se llega al año crucial de 168, crucial sobre todo para Polibio porque marca el inicio de su cautiverio y toma de contacto con Roma.
  • El resto de la obra llegaba hasta el 144, y aquí se narraban las destrucciones de Cartago y Corinto; además, en esta época se produjo una reformulación de las relaciones entre Roma y Grecia.
Las Historias debieron de ser compuestas a lo largo de un tiempo dilatado:
  • En esencia hay que decir que el proemio (I 1, 5) proclama la intención del autor de narrar los 53 años (220 – 168) en los que Roma conquistó el dominio universal.
  • Pero, como se ha dicho, la narración se extiende hasta el 144.
  • Posiblemente, al verse implicado en la tercera guerra púnica, Polibio decidió prolongar su narración y narrar también las caídas de Cartago y Corinto.
  • Otros han propuesto hipótesis más complejas: que hubo hasta 5 ediciones de la obra, que partes estaban escritas antes de que Polibio concibiera la idea de escribir una “historia universal”, que toda la obra la escribió después del 146...
Tienen importancia las abundantes REFLEXIONES METODOLÓGICAS que incluye la obra: en este sentido debía de ser especialmente importante el libro XII (perdido).
Y otros lugares, como p. ej. la introducción al libro IX, donde defiende la aparente aspereza y monotonía de su obra.
De hecho, Polibio tenía un concepto definido de lo que era escribir historia.
Para él lo importante era escribir una “historia pragmática” (pragmatikòs trópos), puesta al servicio de la ophéleia y no de la térpsis.
Esta historia pretende descubrir las causas de lo sucedido y ha de servir para que el lector aprenda.
Como se indicaba en el libro XII, el historiador ha de actuar como el médico y desarrollar su labor en tres fases:
  1. Comprensión de las fuentes escritas.
  2. La exploración geográfica (autopsia).
  3. La comprensión del fenómeno político.
Polibio se dirige a su lector con INTENCIÓN DIDÁCTICA: su pretensión es educar al hombre de Estado y, por ejemplo, enseñarle a controlar los efectos de Fortuna, la Týche, en la cual era tan dada a creer su época.
Y él mismo: en las Historias se habla mucho de ella:
  • Týche es una potencia que gobierna el mundo con su providencia.
  • Týche es envidiosa, como los dioses tradicionales.
  • Týche es una fuerza irracional que intenta negarle a Polibio la posibilidad de escribir una historia racional.
Parte de este aprendizaje del lector (aprender a controlar la Týche) es que entienda que la razón de la superioridad de Roma se halla en la superioridad de su régimen de gobierno.
Ésta es la idea que desarrolla en el libro VI (conocido por excerpta).
Ese régimen superior de gobierno es lo que en la teoría política de la Antigüedad se conoce como “CONSTITUCIÓN MIXTA”: una forma combinada de monarquía, oligarquía y democracia, que Polibio reconoce en la división romana de consulatus / senatus /plebs.
  • La alta estima que para algunos antiguos merecía esta “constitución mixta” ya aparece p. ej. en el Tripolítico de Dicearco, discípulo de Aristóteles.
  • Y también en la Carta VIII, incluida en el corpus platónico.
La cuestión es, según parece, que Polibio considera esta constitución como la mejor porque, entiende, es la que mejor resiste al cambio cíclico de regímenes (metabolé), idea presente ya en Platón.
No obstante, es interesante recordar que, en el Libro VI, Polibio también apunta que Roma, pese a su “constitución mixta”, también está destinada al declive, que pronto o tarde llegará.
Posiblemente, estas ideas pesimistas hayan sido introducidas por Polibio en su época de vejez.
Puestos a poner a Polibio en RELACIÓN CON OTROS HISTORIADORES habrá que decir que su historia es el contrapunto de las de Filarco o Duris (partidarios de la térpsis), pues rehuye el patetismo por el patetismo y persigue, en cambio, el objetivo didáctico mencionado.
Yendo más atrás, es evidente que son muchos los motivos para poner en relación a Polibio con Tucídides; lo más evidente o palmario: la búsqueda de objetividad, de las causas (aitíai), de buenos informes, el rechazo a la historiografía “de aparato” o diversión...
Con todo, hay diferencias también evidentes.
Aquí indico sólo que, mientras Tucídides tiene un elemento filosófico que le lleva a ver la historia a la luz de las constantes humanas, Polibio es realmente más pragmático.
En palabras de Lesky (806):
La etiología polibiana no trata de penetrar en el conjunto de tendencias comunes a todos los hombres (...). Antes bien, el pensamiento del historiador se mueve dentro de las categorías de la vida estatal tal como las conoció en la política interior y exterior.
La exposición sobre Polibio debe concluir con unas palabras sobre su ESTILO, habitualmente denostado:
  • Su lengua es el ático.
  • El estilo, se dice, carece de gracia, frescura.
  • Hay además en él una tendencia a lo abstracto (en esto también es comparable con Tucídides), que afecta a la elección del vocabulario y las construcciones nominales; asimismo se aprecia en el empleo de verbos compuestos extraños al ático.


4. ESTRABÓN, ENTRE LA HISTORIA Y LA GEOGRAFÍA

Concluimos esta entrada dedicada a la historiografía del Helenismo tratando del geógrafo por excelencia de esta época, Estrabón.
Si el Helenismo había sido la época del florecimiento de las ciencias en Grecia, al final de ese período llegará el momento de las síntesis: ya lo decíamos antes a propósito de Diodoro.

A esta corriente de composición de síntesis pertenece p. ej. ESTRABÓN DE AMASIA, ca. 63 a. C. – 25 d. C.: su vida se halla a caballo entre el Helenismo y el período imperial.
En su obra fundamental, Historikà Hypomnémata intentó continuar en 47 libros la obra de Polibio: intentaba, por tanto, hacer una Historia Universal, llegando quizá hasta el 20 a. C.
El método de trabajo consistía en el resumen de los historiadores previos, a los que citaba por su nombre.
Los Historikà Hypomnémata se han perdido. Lo que conservamos de Estrabón es la Geografía, concebida por él como apéndice a su obra histórica.
Son 17 libros, escritos entre 20 a. C. y 19 d. C. Representan una especie de “geografía cultural” que va tratando de los distintos pueblos conocidos hasta el momento.
Como en el caso de los Historikà Hypomnémata, el texto de la Geografía también sintetiza saberes previos, p. ej. Posidonio (135 – 51 a. C.).
Un problema de esta obra consiste en que su autor se deja guiar por la autoridad de Homero; por ello resume también en la obra la literatura especializada relativa al poeta épico.

José B. Torres Guerra


ALGUNAS REFERENCIAS:

* La historiografía del Helenismo, entre la oratoria y la poesía.
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* Historiadores menores.
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