Coincidí a finales de abril de este 2013 en Barcelona, en el simposio Apollodoriana, con el profesor Jordi Cors, quien tuvo la amabilidad de suministrarme alguna bibliografía sobre Filón de Biblos (no el de Alejandría).
Aunque no hable mucho de este Filón en la entrada, es parte integrante del tema; añado esas referencias en el lugar correspondiente de la bibliografía, saludos per a tothom.
1. PLANTEAMIENTO
2. LOS SEPTUAGINTA Y LA VERSIÓN GRIEGA DEL CANON BÍBLICO
3. LITERATURA DE PROPAGANDA
4. FILÓN DE ALEJANDRÍA. FLAVIO JOSEFO
5. EL CONTACTO INTERCULTURAL CON OTROS PUEBLOS
1. PLANTEAMIENTO
A partir de Alejandro, al entrar la cultura griega en contacto con otras culturas, algunos oriundos de algunas de éstas se sirvieron de la lengua griega para componer textos literarios que presentan características peculiares. Al principio del S. XXI, en estos momentos de encuentro entre culturas, parece obligado tomar en consideración los ejemplos de estas otras literaturas griegas.
Primer ejemplo del fenómeno es la literatura hebrea en lengua griega, que surge en época helenística. Ha de tenerse en cuenta que los judíos entraron en contacto con los griegos, y coexistieron con ellos, en dos ámbitos distintos:
- Sucedía, por una parte, que Palestina era un territorio-puente entre los reinos de Ptolomeos y Seléucidas, que se alternaron en el control del país, ejerciendo sobre él, a veces, grandes presiones.
Así sucedió con el Seléucida Antíoco IV (175 – 164 a. C.), quien intentó prohibir el culto de Yahvé en el Templo de Jerusalén y sustituirlo por el de Zeus.
Estos sucesos aparecen narrados en los Libros de los Macabeos, sobre los cuales se hablará más adelante.
De este modo iniciaron fuera de Palestina una convivencia con el mundo cultural griego no exenta de tensiones, dada la existencia entre los judíos de una tendencia al mantenimiento de la ortodoxia, ortodoxia que entraba en colisión con su nuevo ambiente cultural.
La mayoría de los judíos de Alejandría habían olvidado el hebreo. Por ello se plantearon en primera instancia la necesidad de efectuar una traducción griega de la Biblia, que de hecho tuvo mucho de adaptación.
2. LOS SEPTUAGINTA Y LA VERSIÓN GRIEGA DEL CANON BÍBLICO
La traducción griega de la Biblia fue la de los Septuaginta, de cuyo origen informa un texto, supuestamente del S. II a. C., la Carta de Aristeas a Filócrates.
Por ello incluyeron en la Biblia griega obras como, por ejemplo,
Lo que la carta dice es que Demetrio Falereo, director de la Biblioteca (cargo que no tuvo nunca), indicó a Ptolomeo Filadelfo II que hiciera venir de Jerusalén a 72 eruditos (seis por cada una de las doce tribus) que, en 72 días, prepararon su traducción.Los nombres de Aristeas y Filócrates son ficticios, así como (parece) el contenido de la carta: parece ser una falsificación del S. II d. C. que intenta justificar el carácter revelado del texto Septuaginta.
- Más allá de la leyenda piadosa, lo que parece cierto es que el Pentateuco ya debía de estar traducido al griego en el S. III a. C.
- Luego debieron de hacerse traducciones al griego de partes distintas de la Biblia, que por fin acabaron reunidas en los Septuaginta. A lo largo del siglo siguiente debió de completarse la traducción de la obra.
Por ello incluyeron en la Biblia griega obras como, por ejemplo,
- la Súplica de Manasés (escrita originariamente en griego)
- o el libro de Jesús Sirach (Eclesiástico), traducido al parecer al griego por el propio nieto del autor, poco después del 132 a. C.
Son destacables p. ej. los elementos novelescos que aparecen en los libros de Judit (recuérdese la historia de Judit y Holofernes) o Tobit.De manera tangencial se puede comentar que entre los judíos helenizados surgieron también formas dramáticas, de tema bíblico, como en el caso de la tragedia compuesta por Ezequiel sobre el éxodo de los israelitas, la Exagogé (SS. III o II a. C.), transmitida gracias a Eusebio de Cesarea (Praeparatio Evangelica IX 28).
3. LITERATURA DE PROPAGANDA
Para valorar adecuadamente la literatura judía escrita en griego se debe recordar además que ésta fue en muchas ocasiones una literatura de propaganda.
En esencia, esta poesía, que imita la tradición oracular previa, lo que hace es emplear la figura de la Sibila, de origen oriental, para transmitir contenidos hostiles a Roma y hacer así propaganda a favor de los judíos (o de los cristianos).
Propaganda de otro tipo es la que se manifiesta en los Libros de los Macabeos, incluidos en el canon del Antiguo Testamento. De los cuatro libros los dos primeros debieron de ser escritos a caballo entre el S. II y el I a. C.
El primero de éstos se considera traducido del hebreo, mientras que se supone que el segundo sería un epítome de una obra en cinco libros de Jasón de Cirene: el original de esta obra y el del libro II debían de hallarse ya en griego.
Entre los dos libros hay diferencias pero coinciden en su materia, pues narran un capítulo fundamental en la historia de Israel:
- Por ejemplo, éste es el caso de ciertas colecciones de poesía sentenciosa que recogen máximas judías para ser divulgadas como obra de autores griegos (Orfeo o Focílides).
- Esto debía demostrar que, en realidad, la tradición griega se asentaba sobre bases hebreas.
En esencia, esta poesía, que imita la tradición oracular previa, lo que hace es emplear la figura de la Sibila, de origen oriental, para transmitir contenidos hostiles a Roma y hacer así propaganda a favor de los judíos (o de los cristianos).
Propaganda de otro tipo es la que se manifiesta en los Libros de los Macabeos, incluidos en el canon del Antiguo Testamento. De los cuatro libros los dos primeros debieron de ser escritos a caballo entre el S. II y el I a. C.
El primero de éstos se considera traducido del hebreo, mientras que se supone que el segundo sería un epítome de una obra en cinco libros de Jasón de Cirene: el original de esta obra y el del libro II debían de hallarse ya en griego.
Entre los dos libros hay diferencias pero coinciden en su materia, pues narran un capítulo fundamental en la historia de Israel:
- El estado sacerdotal de Israel cayó en el 200 a. C. bajo el control de los Seléucidas.
- Éstos respetaron al principio sus singularidades culturales, pero la situación varió con la llegada de Antíoco IV, según se indicó al principio de esta entrada.
- Al sustituir el culto a Yahvé por el culto a Zeus se intentaba dar otra vuelta de tuerca en el proceso de helenización del país.
- Como sabemos, los Seléucidas se encontraron con una resistencia enorme.
- En el enfrentamiento triunfaron finalmente los defensores de la tradición israelita, acaudillados por los Macabeos: en el 164, Judas Macabeo pudo consagrar de nuevo el Templo.
- Al cabo de unos decenios, Israel logró liberarse definitivamente de los Seléucidas.
- El libro III narra de manera fabulosa acontecimientos como el ataque de Ptolomeo IV contra el Templo y las persecuciones contra los judíos que llevó a cabo este faraón.
- El libro IV, más tardío, debió de ser escrito poco antes de la caída de Jerusalén. Es una especie de paráfrasis a principios estoicos (la razón ha de dominar sobre los afectos) tomando como base ejemplos sacados de la historia de Israel.
4. FILÓN DE ALEJANDRÍA. FLAVIO JOSEFO
Pasamos a tratar a los dos autores más importantes de la literatura judía en griego, Filón de Alejandría y Flavio Josefo.
Como precursor del intelectual y filósofo Filón se puede considerar a Aristobulo, del que sólo conservamos fragmentos.
En el S. II a. C. debió de realizar una exposición alegórica del Antiguo Testamento, con la intención de demostrar que la sabiduría judía era la fuente de la filosofía griega.
Ahora bien, la autenticidad de los fragmentos es discutida. Su escrito podría ser quizá una falsificación de los cristianos.
FILÓN DE ALEJANDRÍA (hacia 15 a. C. – hacia 45 d. C.), procedente de una familia de clase alta, representó la mejor posibilidad de unión entre Helenismo y Judaísmo.
Por cierto, no sabemos si sabía hebreo. Su griego carece de semitismos y persigue el colorido ático.
Se ha dicho que la obra de Filón intenta hacer frente al peligro que podía suponer para los judíos la cultura helénica, por el riesgo que tenían de perder su identidad en contacto con ella.
En este sentido, la obra de Filón tiene un sentido propagandístico: pero, paradójicamente, lo que él quiere hacer ante todo es propaganda del Judaísmo entre los propios judíos.
La misma simbiosis entre uno y otro mundo (helenismo, judaísmo) parece presente en su Vida de Moisés, obra que presenta a este personaje como legislador y filósofo que fundó la filosofía griega a través de su discípulo Pitágoras.
Desde el punto de vista del género, la Vida de Moisés está en línea con las vidas griegas de filósofos.
Desde el punto de vista filosófico hay una relación directa de Filón con el platonismo de su época (platonismo medio) aunque, por otro lado, estaba también familiarizado con las otras escuelas filosóficas. Así lo evidencia su tratado Sobre la providencia, en el que se hallan claramente presentes doctrinas estoicas.
A una relación con el estoicismo puede obedecer también su gusto por las interpretaciones alegóricas, pues éstas (en lo que se refiere al mito) fueron explotadas por el estoicismo.
Sus interpretaciones del concepto judío de Dios también se mueven dentro de la tradición filosófica previa. Fueron asumidas por los teólogos cristianos y, de esta forma, le granjearon un lugar sui generis entre los Padres de la Iglesia.
Como precursor del intelectual y filósofo Filón se puede considerar a Aristobulo, del que sólo conservamos fragmentos.
En el S. II a. C. debió de realizar una exposición alegórica del Antiguo Testamento, con la intención de demostrar que la sabiduría judía era la fuente de la filosofía griega.
Ahora bien, la autenticidad de los fragmentos es discutida. Su escrito podría ser quizá una falsificación de los cristianos.
FILÓN DE ALEJANDRÍA (hacia 15 a. C. – hacia 45 d. C.), procedente de una familia de clase alta, representó la mejor posibilidad de unión entre Helenismo y Judaísmo.
Por cierto, no sabemos si sabía hebreo. Su griego carece de semitismos y persigue el colorido ático.
Se ha dicho que la obra de Filón intenta hacer frente al peligro que podía suponer para los judíos la cultura helénica, por el riesgo que tenían de perder su identidad en contacto con ella.
En este sentido, la obra de Filón tiene un sentido propagandístico: pero, paradójicamente, lo que él quiere hacer ante todo es propaganda del Judaísmo entre los propios judíos.
- Por ejemplo, lo que quiere mostrar en la Embajada a Gayo (sobre la embajada con la que Filón se presentó en el 39 ante Calígula, al objeto de que el emperador mediara en ciertos conflictos producidos entre griegos y judíos) es que existe una justicia divina que castiga a los perseguidores de su raza.
- Ésa es también la idea del Contra Flaco, donde se habla de Avilio Flaco, prefecto de Egipto, favorable primero a los judíos, después perseguidor suyo tras la llegada al trono de Calígula (persecución antisemita del 38). La justicia divina, viene a indicar Filón, castigó su mal comportamiento con los judíos haciendo que fuera desterrado y, por fin, muriese.
La misma simbiosis entre uno y otro mundo (helenismo, judaísmo) parece presente en su Vida de Moisés, obra que presenta a este personaje como legislador y filósofo que fundó la filosofía griega a través de su discípulo Pitágoras.
Desde el punto de vista del género, la Vida de Moisés está en línea con las vidas griegas de filósofos.
Desde el punto de vista filosófico hay una relación directa de Filón con el platonismo de su época (platonismo medio) aunque, por otro lado, estaba también familiarizado con las otras escuelas filosóficas. Así lo evidencia su tratado Sobre la providencia, en el que se hallan claramente presentes doctrinas estoicas.
A una relación con el estoicismo puede obedecer también su gusto por las interpretaciones alegóricas, pues éstas (en lo que se refiere al mito) fueron explotadas por el estoicismo.
Sus interpretaciones del concepto judío de Dios también se mueven dentro de la tradición filosófica previa. Fueron asumidas por los teólogos cristianos y, de esta forma, le granjearon un lugar sui generis entre los Padres de la Iglesia.
FLAVIO JOSEFO (37/38 – después del100) procedía de una familia sacerdotal judía; fue un personaje muy controvertido:
- visitó Roma en el año 64 y allí entró en contacto con Popea, la mujer de Nerón;
- abandonó el bando de su patria en la guerra contra Roma que comenzó en el año 66 (fue uno de los pocos defensores de la fortaleza de Yotapa que, en el 67, no murieron o se suicidaron tras el asedio);
- pasó a colaborar con Roma (p. ej., en el año 70 animó a los judíos que resistían en Jerusalén a que se rindieran), que le pagó bien su nueva fidelidad: los emperadores flavios le concedieron la ciudadanía romana;
- por motivos obvios le llovieron abundantes críticas ante las que intentó justificarse.
Josefo es una fuente historiográfica importante a través de dos obras en griego: La guerra de los judíos y las Antigüedades judías.
Hacia el 73 ya había tratado el tema de la guerra de Judea en una obra escrita en arameo, compuesta al objeto de hacer en el Este propaganda a favor de Roma.
Después tradujo al griego la obra (La guerra de los judíos), en la que combinó la propaganda a favor de los flavios con un concepto trágico de la historia, que encuentra su clímax en la caída de Jerusalén.
Se debe señalar que, en realidad, a Josefo le ayudaron a traducir la obra: de hecho, nunca pudo enmascarar que, cuando escribía en griego, no estaba escribiendo en su lengua materna.
Escribió luego las Antigüedades judías (20 libros), obra que suele ser considerada como su logro máximo.
Puede ser puesta en relación con las Antigüedades romanas de Dionisio de Halicarnaso, anteriores en el tiempo (mira la entrada 46. Escritos sobre retórica):
- si éste se esfuerza en presentar la historia de Roma a los griegos
- Josefo intenta mostrar ante romanos y griegos la historia y tradiciones de los judíos, comenzando por la Creación y llegando hasta el 66 d. C.
Por supuesto, el título de la obra de Josefo está calcado de la obra de Dionisio.Otro escrito, Contra Apión, intenta ser una defensa del judaísmo frente al antisemitismo de su época (la obra se escribió entre el 93 / 94 y el 96): Apión, gramático, discípulo e hijo adoptivo de Dídimo, intentaba desmentir la antigüedad y autenticidad de las tradiciones judías. Contra Apión se halla, por tanto, en línea con la literatura judía de propaganda de la que ya hemos hablado antes.
Flavio Josefo escribió también (hacia el 100) una Vida de Josefo, un escrito de cierta relevancia para cualquier historia de la autobiografía en la Antigüedad.
Con esta obra, Josefo intentaba defenderse de las acusaciones lanzadas contra él por Justo de Tiberíades en otra obra sobre la guerra de Judea: el motivo de tales acusaciones había sido, obviamente, el discutible papel jugado por nuestro personaje en la guerra de su patria contra el Imperio.
La Vida de Josefo, escrita hacia el final de la vida del autor, justifica la intervención militar de Roma en Judea y así representa la solución final para quienes creyeron, como el propio Josefo, que era posible un entendimiento entre la cultura romana y el judaísmo.
5. EL CONTACTO INTERCULTURAL CON OTROS PUEBLOS
Tras hablar de la literatura judía en griego parece oportuno revisar también los casos de otras obras compuestas en griego por individuos ajenos a Grecia.
Nos referimos primeramente al caso de Egipto, civilización por la que los griegos se habían sentido desde siempre fascinados.
El proceso de relación intercultural también operó en sentido inverso (los egipcios toman la iniciativa para dar a conocer su mundo a los griegos) desde el momento en que se estableció en Egipto el reino de los Ptolomeos.
Éste es el caso del sacerdote Manetón de Sebenito, el autor egipcio en griego más importante, quien escribió una Historia egipcia (FGrH 609) durante el reinado de Ptolomeo II (285 – 246).
El propósito de la obra, que llegaba hasta la época de Alejandro, era dar a conocer al público griego la historia del país del Nilo. El texto tuvo gran éxito y fue repetidamente utilizado.
De una manera análoga actuó también Beroso de Babilonia, sacerdote del dios Bel, testigo de la expedición de Alejandro. Beroso fue autor de unas Babiloníacas (FGrH 680), que debían de tener características similares a las de la Historia egipcia de Manetón de Sebenito.
Incluso en época imperial (en torno al 100 d. C.) nos hallamos con algún otro autor semejante a los ya comentados: Filón de Biblos, quien por su parte escribió una Historia fenicia basada en la obra del sacerdote fenicio Sancuniatón, cuya obra tradujo al griego.
Pero la relación intercultural de más importancia histórica fue la mantenida por los griegos con el mundo romano.
A diferencia de lo sucedido en el caso de p. ej. los judíos, los romanos carecían hasta el momento de tradición literaria. La tradición literaria de Roma se desarrolló bajo el influjo de Grecia, y así, en el S. III a. C., un griego de Tarento, Livio Andronico, cautivo de los romanos, tradujo al latín la Odisea con fines escolares; él mismo fue maestro de griego en Roma.
La relación entre una cultura y otra varió con el tiempo. En este sentido, la cesura fundamental es el momento en que los romanos se hacen con el control del Mediterráneo.
En un principio fueron los romanos quienes se esforzaron en escribir sobre sí mismos para darse a conocer a los griegos.
- Éste fue el caso de Quinto Fabio Píctor a finales del S. III a. C. Ciertamente, a Fabio Píctor se le suele considerar como el primer historiador romano: pero lo cierto es que su lengua de expresión fue el griego, y no en vano figura en la edición de los Fragmente der griechischen Historiker (809).
- Era natural de Roma y pertenecía a la clase senatorial.
- Compuso en griego unos Annales (FGrH 809 T 5), texto que conocemos de forma fragmentaria a través del testimonio de autores como, por ejemplo, Polibio o Dionisio de Halicarnaso.
- Éstos utilizaron a Fabio Píctor como fuente sobre la historia primitiva de Roma.
Igualmente escribieron historia de Roma en griego estos otros miembros de la clase senatorial de Roma:
- Aulo Postumio Albino, FGrH 812: natural de Roma, de familia patricia, vivió en el S. II a. C. Sabemos que fue cónsul en el año 151 a. C. y que compuso un poema y una obra de historia, sobre la historia de su patria. Por Polibio sabemos que estaba escrita igualmente en griego.
- Lucio Licinio Lúculo (Roma, 117-56 a. C.) fue un personaje histórico relevante (mira la vida escrita por Plutarco, Lúculo). También él compuso historia de Roma en griego, en su caso sobre la guerra de los marsios, en la que él había combatido a las órdenes de Sila. Los fragmentos están en FGrH 185.
En el caso de Fabio Píctor se entiende habitualmente que compuso su obra en griego por el deseo de dar a conocer la historia de Roma al público de Grecia y que, por tanto, la obra posee una intención propagandística.
Una intención propagandística que, como han indicado los trabajos escritos al respecto desde la óptica de los estudios postcoloniales, se observa igualmente en las literaturas de otros pueblos colonizados (aunque, en el caso de Roma, sólo hubo colonización cultural).
En el caso de los otros dos autores, Postumio Albino y Lúculo, podemos suponer que ha desempeñado ante todo un papel el deseo de mantener la continuidad con el tipo de historia inaugurada en Roma por Fabio Píctor, la historia compuesta en griego.
Por tanto, en su caso, la razón de conservar el griego sería ante todo el deseo de mantener lo que se sentía como una convención de género.
Cuando los romanos se hicieron con el control del Mediterráneo, la situación varió.
Entonces empezaron los griegos a escribir sobre Roma al objeto de comprender las razones de su éxito.
El primer representante importante de esta actitud fue Polibio, al que ya nos hemos referido en relación con Fabio Píctor (y en la entrada ).
En el mismo sentido es importante Dionisio de Halicarnaso, quien también manejó los Annales de Píctor y debió de servir además como modelo para las Antigüedades judías de Josefo, otra obra que testimonia la nueva realidad del encuentro entre culturas.
Estos dos autores (Polibio y Dionisio de Halicarnaso) son los primeros de una larga serie de escritores griegos que se interesaron por el tema de Roma.
P. ej., entre los historiadores de época imperial, se cuentan en esta serie Apiano, Dión Casio, Herodiano y Zósimo: de hecho, la obra sobre Alejandro Magno de Arriano representa una excepción dentro de la historiografía griega de época Imperial (mira 52. Los historiadores griegos de época imperial; Pausanias).
Una intención propagandística que, como han indicado los trabajos escritos al respecto desde la óptica de los estudios postcoloniales, se observa igualmente en las literaturas de otros pueblos colonizados (aunque, en el caso de Roma, sólo hubo colonización cultural).
En el caso de los otros dos autores, Postumio Albino y Lúculo, podemos suponer que ha desempeñado ante todo un papel el deseo de mantener la continuidad con el tipo de historia inaugurada en Roma por Fabio Píctor, la historia compuesta en griego.
Por tanto, en su caso, la razón de conservar el griego sería ante todo el deseo de mantener lo que se sentía como una convención de género.
Cuando los romanos se hicieron con el control del Mediterráneo, la situación varió.
Entonces empezaron los griegos a escribir sobre Roma al objeto de comprender las razones de su éxito.
El primer representante importante de esta actitud fue Polibio, al que ya nos hemos referido en relación con Fabio Píctor (y en la entrada ).
En el mismo sentido es importante Dionisio de Halicarnaso, quien también manejó los Annales de Píctor y debió de servir además como modelo para las Antigüedades judías de Josefo, otra obra que testimonia la nueva realidad del encuentro entre culturas.
Estos dos autores (Polibio y Dionisio de Halicarnaso) son los primeros de una larga serie de escritores griegos que se interesaron por el tema de Roma.
P. ej., entre los historiadores de época imperial, se cuentan en esta serie Apiano, Dión Casio, Herodiano y Zósimo: de hecho, la obra sobre Alejandro Magno de Arriano representa una excepción dentro de la historiografía griega de época Imperial (mira 52. Los historiadores griegos de época imperial; Pausanias).
ALGUNAS REFERENCIAS:
* Sobre literatura hebrea en lengua griega (aspectos generales):
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JACOBSON, H., The Exagoge of Ezekiel, Cambridge, 1983.
VOGT, E., Tragiker Ezechiel, Gütersloh, 1983.
WALTER, N., Pseudepigraphische jüdisch-hellenistische Dichtung, Gütersloh, 1983.
* Sobre Filón de Alejandría:
BRAVO GARCÍA, A., “La concepción filoniana de ‘EIRENE’ y ‘POLEMOS’: ideas sobre el pensamiento antropológico del filósofo de Alejandría”, CD 193 (1979), pp. 193-238.
DEINES, R. y NIEBUHR, K.-W. (eds.), Philo und das Neue Testament. Wechselseitige Wahrnehmungen, Tübingen, 2004.
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HORST, P. VAN DER (ed.), Philo's Flaccus. The first Pogrom, Leiden, 2003.
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SANDMEL, S., Philo of Alexandria. An Introduction, Oxford, 1979.
TORALLAS TOVAR, S. (trad.), Filón de Alejandría. Sobre los sueños. Sobre José, Madrid, 1997.
* Sobre Flavio Josefo:
DAUDE, C., “Le récit autobiographique de Flavius Josèphe: temporalité personnelle et intentionnalité historique”, en G. Lachenaud y D. Longrée (eds.), Grecs et Romains aux prises avec l'histoire. Réprésentations, récits et idéologie, Rennes, 2003, II, pp. 591-608.
FELDMAN, L.H., “Flavius Josephus Revisited: The Man, his Writings and his Significance”, en ANRW II 21, 2 (1984), pp. 763-862.
GARCÍA IGLESIAS, L. y RODRÍGUEZ DE SEPÚLVEDA, M. (trad.), Flavio Josefo. Autobiografía. Contra Apión, Madrid, 1994.
KRIEGER, K.-S., Geschichtschreibung als Apologetik bei Flavius Josephus, Tubinga, 1994.
LAMOUR, D., “L'organisation du recit dans l'Autobiographie de Flavius Josephe”, BAGB 1996.2 (1996), pp. 141-150.
LAMOUR, D., “L'autobiographie de Flavius Josephe ou le roman d'une vie”, RBPh 77.1 (1999), pp. 105-130.
NIETO IBÁÑEZ, J.M. (trad.), Flavio Josefo. La Guerra de los judíos, Madrid, 1997 (2 volúmenes).
VIDAL-NAQUET, P., Introduction à Flavius Josephus, París, 1977.
VIDAL-NAQUET, P., Ensayos de historiografía: la historiografía griega bajo el Imperio Romano: Flavio Arriano y Flavio Josefo, Madrid, 1990.
VILLALBA Y BARNEDA, P., The Historical Method of Flavius Josephus, Leiden, 1986.
* Sobre el contacto intercultural con otros pueblos:
HOSE, M., “Post-Colonial Theory and Greek Literature in Rome”, GRBS 40, 1999, pp. 303-326.
HOSE, M., “Von der Bedeutung der griechischen Literatur für Rom. Einige Betrachtungen aus der Sicht der postkolonialischen Literaturtheorie”, en P. Neukam (ed.), Antike Literatur – Mensch, Sprache, Welt, Múnich, 2000, pp. 38-58.
SUERBAUM, W., “Q. Fabius Pictor”, en W. Suerbaum (ed.), Handbuch der lateinischen Literatur der Antike. I. Die archaische Literatur, Múnich, 2002, pp. 359-370.
TORRES, J.B., “Vtraque lingua. Autores romanos con obra en griego”, en E. Calderón Dorda et alii (eds.), KOINÒS LÓGOS. Homenaje al profesor José García López, Murcia, 2006, pp. 1007-1015.
* Sobre Filón de Biblos:
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BAUMGARTEN, A.I., The Phoenician History of Philo of Byblos, Leiden, 1981.
CORS MEYA, J., A Concordance of The Phoenician History of Philo of Byblos, Barcelona, 1995.
CORS MEYA, J., "Traces of the ancient origin of some mythic components in philo of byblos' Phoenician history", Aula orientalis: revista de estudios del Próximo Oriente Antiguo, 17-18 (1999-2000), 341-348.
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* Sobre Filón de Alejandría:
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* Sobre Filón de Biblos:
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