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lunes, 21 de agosto de 2023

PLATÓN: CRITÓN. GUÍA DE LECTURA (II)

 

Este blog ya contiene una primera entrada sobre el Critón de Platón, empleada como guía de lectura en el curso sobre "Destino y libertad en el Mundo Clásico" que impartí durante cinco cursos en mi Universidad.

Esta nueva entrada adapta la primera a un nuevo tema, "Héroes, sabios, santos: figuras clave del Mundo Clásico". La información sobre el diálogo, su contexto histórico  y literario, se mantiene prácticamente igual. Los cambios de mayor calado atañen a las cuestiones planteadas sobre la lectura.



CRITÓN 
(subtitulado “o del deber” en la tradición) es el más breve de los diálogos socráticos de Platón. Pertenece al grupo de escritos platónicos que tratan sobre el proceso instruido contra Sócrates (469-399 a. C.) tras la reinstauración de la democracia en Atenas (403 a. C.):
  • En Eutifrón Sócrates se encuentra y dialoga con el personaje que da título al texto. Cuando se produce este encuentro, el maestro de Platón se dirige al juicio en el que se debe defender de las acusaciones de corromper a la juventud e introducir en Atenas divinidades ajenas a la polis.
  • La Apología de Sócrates recoge tres discursos pronunciados por el filósofo durante su juicio. El primero es el discurso de defensa expuesto ante las acusaciones presentadas por Ánito, Meleto y Licón. Tras escuchar a las partes se produce la votación y Sócrates es condenado a muerte según la petición de los acusadores. En el caso de una sentencia desfavorable, el sistema ateniense preveía que el acusado propusiera una condena alternativa; el segundo discurso de la Apología contiene la singular contrapropuesta de Sócrates: ser mantenido a costa del erario en la institución del pritaneo; al votarse tal alternativa, aumentó el número de votos favorables a la ejecución. No se sabe a ciencia cierta si estos dos discursos responden a la literalidad de lo que dijo Sócrates en el juicio; el tercero debe de ser en cambio una recreación de Platón pues el sistema ateniense no concedía la última palabra al condenado; en esa intervención Sócrates desarrolla una justificación de su vida y pensamiento.
  • En Critón este discípulo de Sócrates se presenta en la celda de su maestro para proponerle un plan de fuga: si Sócrates accede, puede huir de la cárcel porque sus discípulos más pudientes están dispuestos a sobornar a los carceleros. El diálogo presenta a continuación la argumentación contraria de Sócrates, quien entiende que la propuesta de Critón va contra la justicia y las Leyes.
  • Fedón dramatiza las últimas horas de la vida del maestro de Platón, quien, momentos antes de que se cumpla su sentencia de muerte, dialoga sobre la inmortalidad del alma con algunos de sus discípulos más allegados; entre estos se hallan Critón y los dos interlocutores principales del diálogo, Simias y Cebes. La obra concluye cuando Sócrates bebe la cicuta, que le produce una parálisis progresiva que acaba con su vida.
Para entender de manera adecuada el proceso de Sócrates se deben tomar en consideración sus circunstancias. 

A ojos de sus contemporáneos, Sócrates era otro exponente del movimiento ilustrado ateniense del s. V a. C. Esta corriente, que cuestionaba las tradiciones de la ciudad, tenía por representantes más característicos a los sofistas, cuyas ideas se le atribuyen a Sócrates en la acusación presentada contra él en la Apología; esta obra recuerda que el comediógrafo Aristófanes (hacia 445- 386/380 a. C.) le adscribía en su comedia las Nubes ideas propias de los sofistas o de Anaxágoras, filósofo que huyó de Atenas acusado de impiedad.

Desde la perspectiva de la posteridad no hay duda de que Sócrates es un pensador distinto de los sofistas. Sin embargo, este no era el juicio de la mayoría de sus conciudadanos, quienes confundían su pensamiento con el de esos profesionales de la palabra. La identificación popular de Sócrates con el movimiento sofístico debe de ser la causa última de su condena a muerte: quienes culpaban al espíritu de la Ilustración griega de un acontecimiento histórico tan dramático como la derrota de Atenas en la Guerra del Peloponeso encontraron en Sócrates un chivo expiatorio perfecto en quien descargar su resentimiento. Se debe recordar, además, que había lazos personales entre Sócrates y los Treinta Tiranos que gobernaron la polis, con el apoyo de Esparta, al término de la Guerra; Critias, discípulo del filósofo y tío de Platón, era uno de ellos.




Como ESTRUCTURA del Critón se puede proponer la siguiente:
  1. INTRODUCCIÓN (43a1-44b6): Critón se presenta en la prisión en la que se halla Sócrates y le informa de que ya está cerca de Atenas el navío enviado por la ciudad a Delos; cuando llegue este, concluye el tiempo sagrado durante el cual no se puede ejecutar a nadie en la polis. La muerte de Sócrates es inminente y ello lleva a Critón a rogarle que huya con su ayuda.
  2. ARGUMENTOS DE CRITÓN (44b6-46a9): este personaje le explica al filósofo que él y otros compañeros lo han preparado todo para que pueda escapar. Critón llama la atención sobre el hecho de que Sócrates no se debe preocupar por si esta actuación atrae sobre sus amigos atenienses las represalias de la polis; al contrario, insiste en que sería una vergüenza que no le ayudaran siendo capaces de hacerlo.
  3. RÉPLICA DIALÓGICA DE SÓCRATES (46b1-50a5): al principio de esta se establece una contraposición entre la opinión de la mayoría, probablemente partidaria del punto de vista de Critón y sus compañeros, y la opinión de aquellos que realmente entienden, quienes saben qué es justo y qué no. Tras concederles prioridad a los segundos se concluye que se debe obrar siempre con justicia y que sufrir una injusticia no autoriza a cometer otra.
  4. APARICIÓN ANTE SÓCRATES DE LAS LEYES PERSONIFICADAS (50a6-54d2): tras el intercambio de preguntas y respuestas entre Critón y Sócrates, las Leyes de la ciudad se presentan ante este y le muestran los múltiples inconvenientes de actuar en su contra. Se concluye que el ciudadano ha de acatar siempre las decisiones legales, aun cuando considere que se actúa con él de manera injusta. Las Leyes dejan asimismo probado que la huida de Sócrates tampoco sería útil ni para él ni para sus hijos ni para sus amigos.
  5. CONCLUSIÓN (54d3-e2): el diálogo termina con el reconocimiento por parte de Critón de que no puede rebatir los argumentos de Sócrates ni de las Leyes.


Algunas CUESTIONES a las que se puede atender al leer el Critón:

  • ¿Qué cuestiones nos han llamado especialmente la atención al leer esta obra, con qué estamos de acuerdo o en desacuerdo? Aunque no se refiera de modo directo a la cuestión del ‘sabio’, ¿estamos de acuerdo con que la justicia es obedecer a las leyes de la ciudad, hasta el punto de que el ciudadano sea su “hijo y esclavo”?
  • Sócrates, al principio de la obra, parece prestar bastante crédito a un sueño. ¿Es eso compatible con la idea que podamos tener de lo que es un ‘hombre (o mujer) sabio’? ¿Incurre en una superstición?
  • En cualquier caso, aceptada la opinión común de que Sócrates fue un sabio, ¿en qué momento del diálogo empezamos a notar que piensa y razona de una manera especial? ¿Se dice positivamente que él es ‘sabio’?
  • ¿Es Critón un ‘discutidor’ que pueda rivalizar con Sócrates? ¿Conduce Sócrates a Critón a que descubra personalmente la verdad, según el ‘método socrático’, o lo que hace es arrimar el ascua a su sardina?
  • ¿Debe un sabio como Sócrates hacer caso de la opinión de la mayoría y por qué? ¿Cuál es, a este respecto, la postura de Critón?
  • ¿Quién es «el entendido en lo justo e injusto» al que se refiere en cierto momento el diálogo?
  • ¿Cuál es el papel que Sócrates les reconoce en su vida a la razón y al razonamiento?
  • ¿Ofrece la obra, en conjunto, una imagen clara de qué es una persona sabia? ¿Qué rasgos característicos de este tipo humano se deducen del diálogo?
  • Si el diálogo no pretende presentar una imagen ideal de la persona sabia, ¿cuál es realmente su tema?
  • Desde nuestro punto de vista, ¿es o no es justo que Sócrates huya de la cárcel contra lo prescrito por las leyes atenienses?; ¿es justo que Sócrates sea ajusticiado a causa de su pensamiento y actuación pública en Atenas?; ¿qué ocurre si las leyes de la polis no son justas, o si las leyes no son injustas, pero sí los hombres que las aplican?



martes, 14 de julio de 2020

ΕΝ ΚΥΛΙΚΙ ΦΕΡΟΝΤΑ


Esta entrada tiene siempre cierto éxito cuando llegan estas fechas. Por eso la remozo hoy. Se la dedico a la Mari Àngels, claro, que de pequeña sufrió con los mamporrazos de estos cabezudos; y después con algunas clases de griego, mal gestionado y peor explicado.


Cuando terminábamos el curso de Griego IV, leía con los alumnos el final del Fedón. Llegábamos al punto en que  el carcelero le presenta a Sócrates la cicuta (ἐν κύλικι φέροντα, "portándola en una copa"), y el atavismo de las fiestas podía más que los conocimientos de griego en los alumnos de Pamplona. 

¿A quién se le ocurre leer en kýliki phéronta? Desde luego no a un estudiante de esta ciudad. Y por eso, aunque hubieran hecho todos los semestres de griego habidos y por haber, todos pronunciaban, invariablemente, en KYLÍKI phéronta.

KYLÍKI o, en nuestra lengua, kiliki, criatura hermana de los cabezudos que pulula por estas tierras en las fiestas de Fermín, maldito Caravinagre que arreas zurriagazos a los pobres rapaces que se te cruzan en las calles y no saben quién es peor, si Escila o Caribdis, si zaldikos o kilikis.

Después de reírnos de aquel lapsus linguae, yo les explicaba a los alumnos que, en realidad, no iban tan descaminados. Desde luego el texto dice kýliki, dativo singular de kýlix, y a Sócrates no se le presentaron en la celda ni el Verrugón ni el Patata. Pero lo interesante del lapsus es que, en realidad, los kilikis (kylíkis) de Pamplona son geniecillos burlones que ocupan su lugar en la mitología de Grecia.

Kylíkis, búsquelo en el monumental Preller-Hosius (vol. II, pp. 365-368) quien no me crea, allí lo encontrará. Que Kylíkis es la denominación de una colectividad mítica (como los sátiros, los centauros, las musas o las nereidas) cuyos individuos, a diferencia de lo habitual en este género, no están asociados a las fuerzas de la naturaleza sino a la vida urbana, al bullicio jaranero de las calles empedradas, a las fiestas populares de Atenas, de Corinto y, por qué no, también de Pamplona.

Va por ti, Víctor Patricio, último alumno que se marcó un en kylíki phéronta, curso 2009-2010, ¡gracias!.

lunes, 22 de julio de 2013

SÓCRATES Y EL CHIVO (II)



En la entrada anterior hablé del monumento de Sócrates que fue arrojado al río Miño en Túi en 1936. Quiero completar esa información añadiendo aquí una foto de la reproducción del monumento inaugurada en 2010 (he sacado la foto de este blog de mi amigo y colega Ángel Ruiz).






viernes, 19 de julio de 2013

SÓCRATES Y EL CHIVO



'Sócrates' es el chivo expiatorio. Es casi un motivo de la realidad universal, que se atestiguó en Atenas en el año 399 a. C.; y también en Túi en 1936. Se ha dicho que los conciudadanos del filósofo lo juzgaron reo de muerte por ver en él la personificación de todos los sofistas e ilustrados que removieron las bases tradicionales de la cultura ateniense hasta conducir a la ciudad a la catástrofe del 404.

La figura de Sócrates no fue solo cabeza de turco tras la caída del Imperio Ateniense. De modo enigmático también en el Tui de la Guerra Civil se convirtió en chivo expiatorio el filósofo de Atenas. O mejor su imagen.

En ese año 36 un joven profesor del Instituto de Túi que acabó siendo un artista famoso, Benito Prieto Coussent, había elaborado en granito un busto de Sócrates, erigido posteriormente en los jardines de la ciudad. La efigie iba acompañada de esta inscripción - en castellano:
Estoy sobre el pueblo como mosca sobre caballo para picarle y tenerle despierto. La mejor manera de vivir consiste en practicar la justicia y la virtud.
¿Qué vieron de sospechoso en este Sócrates de la República quienes decidieron cubrirlo de alquitrán (eso dice Ferruxo) y removerlo de su pedestal después de que el levantamiento de julio se impusiera en Túi?

La inscripción de la base, ¿dio pie a confundir al filósofo con un líder revolucionario o galleguista [¿?]? ¿Podía entenderse que aquellas palabras de Platón [S. IV a. C.] presentaban a Sócrates como conciencia crítica de la buena sociedad tudense [S. XX d. C.]? ¿Es que era ya entonces Prieto Coussent una figura tan marcada que su criatura debía purgar sus pecados intelectuales?

Lo cierto es que, por una vía u otra, Sócrates volvió a ser chivo expiatorio en la guerra de España: condenado, depuesto, el gran objetor de conciencia no cayó esta vez víctima de la cicuta sino que su cabeza fue arrojada a las aguas del Padre Miño - para toda la eternidad.
En el año 2010 una iniciativa de ciudadanos tudenses repuso en los jardines una réplica del busto original. Per multos annos.




martes, 18 de octubre de 2011

EL SIGLO DE PERICLES. LA ILUSTRACIÓN. SÓCRATES Y LA SOFÍSTICA



Ésta es la primera de las entradas que dediqué, en abril de 2009, a la literatura griega de época clásica. En ella se habla del contexto histórico y cultural del momento; y se presta especial atención
  • a los acontecimientos políticos del siglo V a. C., 
  • al fenómeno conocido como Ilustración y a las personalidades de los sofistas 
  • y, sobre todo, a Sócrates.


1. CARACTERÍSTICAS HISTÓRICAS DEL S. V A. C.

Sobre las características históricas del S. V a. C. se ha de recordar que, a finales del siglo sexto (508 a. C.), las reformas de Clístenes habían introducido en Atenas un régimen democrático.

El dato es relevante; quizá la aparición de la democracia sea incluso la causa de que, en el siglo quinto, Atenas se convierta en capital cultural de toda la Hélade.

Esta Atenas democrática verá sucederse formas distintas del régimen político, al frente del cual se situarán figuras como
  • Milcíades,
  • Temístocles,
  • Cimón,
  • Efialtes (representante de la democracia radical)
  • y Pericles, quien da su nombre a la época (cfr. Bowra 1974).
Para la formación de la identidad ateniense desempeñaron además un papel importante las guerras médicas libradas contra los persas. De los políticos antes citados, Milcíades intervino en la primera (490), mientras que Temístocles lo hizo en la segunda (480 / 479).



2. LA “ILUSTRACIÓN” GRIEGA. LA SOFÍSTICA

Desde principios de la época contemporánea ha venido conociéndose el período de que hablamos como el momento de la “Ilustración” griega.

Este movimiento de “Ilustración” fue inaugurado en Atenas por Anaxágoras, quien, como se explica en  , introdujo la filosofía en la ciudad del Ática.
A él alude, por cierto, Platón en su Apología de Sócrates, donde nos refiere (cfr. 26 d 6) cómo su maestro fue confundido con la línea de pensamiento que representaba este filósofo y, en último término, con los sofistas.
A los sofistas se hace también alusión en la entrada , donde se comentan las diferencias existentes entre el pensamiento de éstos y sus contemporáneos, los atomistas.

Quiero destacar tres aspectos significativos de los sofistas:
  • Sus rasgos de identidad externos, como el hecho de que ejercieran su magisterio de manera ambulante, atrayendo a su lado a jóvenes acaudalados de quienes recibían grandes sumas a cambio de sus enseñanzas.
  •  Su vinculación con el momento político de la democracia, situación nueva que requería nuevas aptitudes en aquéllos que desearan destacar dentro de la pólis (sobre los sofistas como maestros de retórica, teóricos y maestros de la palabra, mira la entrada).
  • Su actitud revisionista con respecto a la tradición anterior, que será cuestionada y relativizada de maneras diversas, especialmente a través del contraste que ahora se establece entre naturaleza y convención, phýsis y nómos.


3. SOFISTAS DESTACADOS: PROTÁGORAS DE ABDERA. GORGIAS

Del planteamiento de las características generales de la Sofística se pasa a tratar de algunos sofistas destacados.

Convendrá mencionar los nombres de personajes como
  • Hipias de Élide (segunda mitad del S. V a. C.) 
  • o su contemporáneo Pródico de Ceos.
Asimismo conviene incluir una mención a los tratados anónimos conocidos como Dissoì lógoi. 

Con todo, es obvio que las dos figuras más destacadas de la corriente son Protágoras de Abdera (481 – 411) y Gorgias de Leontino (ca. 485 – 390 a. C.).

Protágoras es conocido en la tradición occidental, ante todo, por la máxima relativa al hombre como medida de todas las cosas (fr. DK 80 B 1); conviene destacar, con todo, que la frase de Protágoras no ha de ser entendida como justificación de cualquier tipo de relativismo.

Se ha de destacar lo que se puede reconstruir de las ideas de Protágoras sobre el conocimiento y sus límites a partir de los fragmentos de sus escritos (La Verdad, Sobre los dioses).

Importante recordar su papel como maestro de retórica, en concreto de erística, del “arte de disputar”: escribió una obra con ese título.

De Gorgias en tanto que maestro de retórica se habla, fundamentalmente, en la entrada .

Aquí me refiero tan sólo a que hay lugares de su obra de mayor interés para la historia de las ideas; en este sentido es fundamental referirse a su escrito Sobre el no ser, tratado polémico en que se enfrenta a las tesis de Parménides y el monismo (mira Newiger 1973).



4. SÓCRATES

Aunque a nosotros nos resulte extraño, a ojos de los atenienses del momento no les debía de ser perceptible ninguna diferencia entre Sócrates (469 – 399) y sus contemporáneos los sofistas; así parece indicarlo el texto de la Apología al que se ha hecho antes referencia.

Es muy posible que esta identificación popular del maestro de Platón con el movimiento sofístico explique también la condena a muerte con que se encontró Sócrates, chivo expiatorio de la catástrofe del 404, cuando se produjo la derrota de Atenas en la Guerra del Peloponeso.

Recordamos la ausencia de obras compuestas por Sócrates: el diálogo en cuanto conversación oral fue la única forma escogida por este filósofo para expresar su pensamiento.

Al tiempo se ha de indicar que, a partir de los escritos de sus discípulos (Antístenes, Esquines de Esfeto, Jenofonte, Platón), es posible reconstruir algunas características básicas de su manera de enseñar.
A estos rasgos esenciales pertenecen
  • la negación del propio conocimiento,
  • la crítica destructiva de las opiniones ajenas,
  • la argumentación por analogía
  • el valor supremo concedido a la bondad moral.
Mira más sobre la cuestión del diálogo socrático en .




ALGUNAS REFERENCIAS:

* Sobre características históricas del S. V a. C.:
ADRADOS, F.R., Ilustración y política en la Grecia clásica, Madrid, 1966.
ADRADOS, F.R., La democracia ateniense, Madrid, 1975.
ADRADOS, F.R., Democracia y literatura en la Atenas clásica, Madrid, 1997.
BOWRA, C.M., La Atenas de Pericles, Madrid, 1974 (Periclean Athens, Londres, 1971).
FLACELIERE, R., La vida cotidiana en Grecia en el Siglo de Pericles, Buenos Aires, 1959 (La vie quotidienne en Grèce au Siècle de Périclès, París, 1959).
HORNBLOWER, S., El mundo griego, 479-323 a.C., Barcelona, 1985 (The Greek World, 479-323 b.C., Londres, 1983).

* Sobre la Sofística:
CALVO, J.L., “Los sofistas”, en J.A. López Férez (ed.), Historia de la Literatura Griega, Madrid, 1988, pp. 598-612.
GOMPERZ, H., Sophistik und Rhetorik, Leipzig, 1912.
GUTHRIE, W.K.C., Historia de la filosofía griega. III. Siglo V. Ilustración, Madrid, 1988 (A History of Greek Philosophy. III. The Fifthcentury Enlightment, Cambridge, 1969).
KERFERD, G.B., The Sophistic Movement, Cambridge, 1981.
MELERO, A. (trad.), Sofistas, testimonios y fragmentos, Madrid, 1996.
NEWIGER, H.-J., Untersuchungen zu Gorgias’ Schrift Über das Nichtseiende, Berlín-Nueva York, 1973.
PATZER, A., Der Sophist Hippias als Philosophiehistoriker, Freiburg-Múnich, 1986.
ROMILLY, J., Los grandes sofistas en la Atenas de Pericles: una enseñanza nueva que desarrolló el arte de razonar, Barcelona, 1997 [1988].
SÁNCHEZ MANZANO, M.ªA., y RUS RUFINO, S., Introducción al movimiento sofístico griego, León, 1991.
SOLMSEN, F., Intellectual Experiments of the Greek Enlightenment, Princeton, 1975.
UNTERSTEINER, M., I Sofisti, Turín, 1949.

* Sobre Sócrates:
AHBEL-RAPPE, S., y KAMTEKAR, R. (eds.), A Companion to Socrates, Oxford, 2005.
ALEGRE, A., La Sofística y Sócrates, Barcelona, 1986.
TOVAR, A., Vida de Sócrates, Madrid, 1999 [1947].