domingo, 25 de marzo de 2012

ALCEO Y EL MAR



Me sorprendió hace años leer las palabras tan duras con las que se refería a Alceo de Mitilene el libro de introducción a la literatura griega editado por Kenneth Dover. Seguramente Alceo no es Safo ni Anacreonte y, con todo, en sus fragmentos también se encuentran momentos memorables.

El ejemplo que propongo hoy guarda también relación con algo que dije en la entrada sobre la monodia arcaica
Entre los fragmentos conservados de Alceo hay también otros que tratan temática erótica o adoptan la forma hímnica, sin que ello implique, por otra parte, su ejecución en contextos rituales.
El fragmento 34 Lobel-Page de Alceo tiene forma de himno: es, de hecho, un himno en forma literaria dirigido a Cástor y Pólux / Polideuces, los Dioscuros, los "jóvenes hijos de Zeus", jinetes concebidos en buena parte del mundo griego como protectores de los marineros a los que la tempestad pone en dificultades. 

Pero, ¿es un himno auténtico, que invita, por ejemplo, a las divinidades a que se presenten en una fiesta celebrada en su honor? ¿Juega Alceo con la equiparación entre el mar alborotado y la pólis zarandeada por las turbulencias de partido?  

¡OJO a la mención del fuego de San (T)Elmo, atributo de los Dioscuros, en los versos 10 y 11!

Aquí conmigo venid, la isla de Pélope dejando, 
hijos poderosos de Zeus y Leda, 
con ánimo benévolo presentaos, Cástor 
y Polideuces, 
que por la vasta tierra y el mar 
todo marcháis en caballos de raudos pies
y con facilidad a los hombres de la muerte salváis 
escalofriante, 
saltando a lo alto de las naves de buenos bancos 
desde lejos, brillando cuando los estayes remontáis
y en la noche espantosa la luz traéis
a la negra nave.
δεῦτέ μοι νᾶ]σον Πέλοπος λίποντε[ς 
 παῖδες ἴφθ]ιμοι Δ[ίος] ἠδὲ Λήδας 
 εὐνόω]ι θύ[μ]ωι προ[φά]νητε, Κάστορ 
καὶ Πολύδε[υ]κες, 
οἲ κὰτ εὔρηαν χ[θόνα] καὶ θάλασσαν (5) 
παῖσαν ἔρχεσθ’ ὠ[κυπό]δων ἐπ’ ἴππων, 
ῤήα δ’ ἀνθρώποι[ς] θα[ν]άτω ῤύεσθε 
ζακρυόεντος 
εὐσδ[ύγ]ων θρώισκοντ[ες ἐπ’] ἄκρα νάων 
 π]ήλοθεν λάμπροι πρό[τον’ ὀν]τρ[έχο]ντες, (10) 
ἀργαλέαι δ’ ἐν νύκτι φ[άος φέ]ροντες 
νᾶϊ μ[ε]λαίναι.