El capítulo ocho de la Poética (aquí puedes leer el capítulo siete; después vendrá el nueve) trata de un tema tan fundamental como el de la unidad de la obra poética. En realidad vale para cualquier cosa que se escriba. No le vendrá bien solo a quien componga tragedias. Si aún lo hubiere.
Por ello parece que han errado todos los poetas que han compuesto una Heracleida, una Teseida y los poemas de este tipo. Sucede que creen que, dado que Heracles era uno, también corresponde que su historia sea una.Pero Homero, tal y como destaca también en los otros aspectos, así parece que esto lo vio bien, sea por arte o disposición natural. Ocurre que, al componer una Odisea, no trató la totalidad de las cosas que le acaecieron, como el ser herido por un lado en el Parnaso y el fingir, por otro, que estaba loco cuando la junta pues, sucedido lo uno, no era necesario ni verosímil que sucediese lo otro; en su lugar compuso la Odisea en torno a una acción unitaria del tipo que decimos, y de la misma forma hizo también la Ilíada.
Así pues es necesario que, como también en las otras artes miméticas la imitación unitaria lo es de una unidad, así también la historia, ya que es imitación de una acción, lo sea de una unitaria y esta entera; y que las partes de los acontecimientos estén concatenadas de tal forma que, al cambiar de posición una parte o al ser suprimida, se altere y perturbe el conjunto, pues lo que no produce ningún efecto visible según esté presente o no, no es ningún componente del conjunto.
José B. Torres Guerra