viernes, 9 de enero de 2009

MENANDRO Y LA COMEDIA NUEVA


1. LA COMEDIA MEDIA COMO NEXO ENTRE ARISTÓFANES Y LA COMEDIA NUEVA
2. LA COMEDIA NUEVA. MENANDRO: DATOS BIOGRÁFICOS; LA RECUPERACIÓN DE SU OBRA
3. CARACTERÍSTICAS ESTRUCTURALES Y TEMÁTICAS DE LA COMEDIA DE MENANDRO
4. CARÁCTER HELENÍSTICO DE LA COMEDIA NUEVA
5. LA IMPORTANCIA HISTÓRICA DE MENANDRO Y LA COMEDIA NUEVA


Ciertamente, la entrada sobre Menandro y la Comedia nueva se podría situar después de las otras dos entradas dedicadas a la comedia en este blog (; ).

Yo he preferido no hacerlo así y hablar de la Comedia Nueva en su contexto histórico: la literatura del Helenismo.


1. LA COMEDIA MEDIA COMO NEXO ENTRE ARISTÓFANES Y LA COMEDIA NUEVA

El nexo que liga las últimas comedias de Aristófanes con la Comedia Nueva es la comedia que nosotros conocemos como Media.

Sus primeros exponentes son, según se entiende habitualmente, las dos últimas obras de Aristófanes:
  • Asamblea de las mujeres (hacia 391 a. C.)
  • y Pluto (388).
Éstos son, por cierto, los únicos exponentes de la Comedia Media que conservamos a través de códices. Lo que tenemos de esta forma de comedia son, en general, fragmentos, y eso a pesar del cultivo intenso que recibió la comedia en el S. IV, período de vigencia de la Media.
(Entre 600 y 800 comedias escritas, según nuestras fuentes; más de 50 escritores).
De sus autores más destacados se han de recordar al menos los nombres de
  • Antífanes;
  • Alexis (cfr. Gil 1974): según Gil, sería el puente entre la Media y la Nueva.
Es complicado avanzar en el conocimiento de la Comedia Media en razón de esta fragmentariedad de nuestros materiales.

Con todo, por lo que podemos leer en los fragmentos parece evidente que la Comedia del S. IV reflejaba la nueva situación social y política de Atenas, muy distinta de la que se daba en la época de composición de la Comedia Antigua:
Tras el descalabro de Atenas en la Guerra del Peloponeso se abre un período de incertidumbre política; los ciudadanos sienten cada vez menos interés por los asuntos públicos; ante una situación tan poco esperanzadora optan por apartarse de los acontecimientos públicos y buscar vías de escape.
Una de esas vías de escape es la comedia del S. IV, cuyos autores (que en su mayoría no eran de Atenas) dejan de interesarse por los problemas de la pólis y se preocupan, esencialmente, por divertir a su público.

Respecto al tipo previo de comedia (la Antigua), las innovaciones más importantes de la Media son éstas:
  • la práctica desaparición del coro y de los cantos líricos variados (éste es un aspecto que se aprecia ya en el Pluto, donde el coro sólo sirve para separar los actos);
  • la desaparición paralela de la parábasis y de los elementos parabásicos;
  • la sustitución de las tramas tradicionales (míticas) por otras ficticias, basadas en los problemas de la vida corriente (p. ej., el dinero).

2. LA COMEDIA NUEVA. MENANDRO: DATOS BIOGRÁFICOS; LA RECUPERACIÓN DE SU OBRA

El punto de inicio de la Comedia Nueva se suele identificar con la fecha de representación de La cólera de Menandro (321 / 320 a. C.). Ésta (la Nueva) es la comedia que se compuso en Atenas en el siglo IV (tras la muerte de Alejandro) y el III a. C.
Sus autores más destacados son Menandro, Dífilo y Filemón.
Ahora bien, Dífilo y Filemón pertenecen a una generación anterior y por ello podría afirmarse que, en realidad, son representantes de la Media. Los demás autores de Nueva de los que hay testimonios son tan sólo nombres.

En cualquier caso, todos los comediógrafos adscritos a la Nueva trabajan en Atenas aunque, al parecer, sólo Menandro era ateniense de nacimiento.

La Comedia Nueva, con respecto a la Media, no parece presentar diferencias esenciales:
  • hay, por supuesto, una diferencia cronológica;
  • en general parece que lo que hace la Comedia Nueva es consolidar tendencias que se habían ido desarrollando dentro de la Media.
Podemos hacernos ideas de las representaciones de la Nueva a partir del
  • testimonio de pinturas y mosaicos,
  • las máscaras conservadas
  • y los informes escritos sobre attrezzo y la práctica de la representación.
Sin embargo, ningún manuscrito de la Comedia Nueva sobrevivió a la Edad Media: lo que conocemos de ella es a través de hallazgos papiráceos, citas en otros autores y las reelaboraciones de Plauto y Terencio.

Menandro es el único autor de la Comedia Nueva del que conservamos una obra prácticamente íntegra (el Díscolo o Misántropo). En relación con sus datos biográficos se ha de recordar
  • que era oriundo de Atenas;
  • que vivió entre el 342/1 y el 292/1 a. C.;
  • que era de la misma edad de Epicuro;
  • que, como persona acomodada que era, parece haberse formado en el Perípato; quizá tuvo a Teofrasto por maestro y quizá haya incluso alguna relación entre los Caracteres de éste y los personajes de Menandro.
Según las fuentes antiguas, debió de escribir más de 100 comedias sin conseguir, en vida, un éxito rotundo: sólo logró, al parecer, ocho victorias, tres en las Leneas y cinco en las Dionisias.

Con todo, tras su muerte obtuvo una popularidad enorme, según expondremos en la última sección de esta entrada. Aquí avanzo que la abundancia de papiros con texto de Menandro es un exponente de la gran popularidad del autor.

Ninguna obra de Menandro nos ha llegado a través de los códices. De hecho, Menandro es uno de los mejores ejemplos de cuánto puede avanzar nuestro conocimiento de la literatura antigua a través de los papiros.

Hasta finales del S. XIX, sólo podíamos asomarnos a la obra de Menandro a través de las citas, sus reflejos en Roma o la colección de Máximas de Menandro.Pero, desde entonces, la situación varió radicalmente:
  • En 1876, Cobet publica fragmentos del Epitrépontes (El arbitraje) y Phásma (La aparición).
  • En 1907 publica Lefebvre el códice del Cairo, con más de 5000 versos de Menandro.
  • En 1959 publica V. Martin parte del codex Bodmer, en el que se conservan además de fragmentos de otras obras, el Díscolo prácticamente íntegro.
Hoy se adscriben los papiros descubiertos a 19 obras (así en Gomme-Sandbach 1973): un número muy pequeño en comparación con las más de 100 obras escritas por Menandro según las fuentes antiguas.

Sin embargo, es importante el hecho de que prácticamente conocemos los títulos de todas esas obras atribuidas a Menandro: Körte proponía 96 en 1931 y Sandbach elevó ese número a 104 ó 106 en 1972.A través de los títulos constatamos, p. ej., que Menandro abandona la comedia en que se parodia el mito, modalidad que aún fue habitual en la Comedia Media.

En relación con la cronología de las obras se carece aún de muchas certezas: al menos se han de retener las fechas de
  • La cólera (321 / 320 a. C.), supuestamente la primera obra de la Nueva,
  • y del Díscolo (317 / 316 a. C.), la comedia de Menandro mejor conservada.
Aunque tenemos fragmentos adscritos a 19 obras, lo cierto es que las que conservamos en mejor estado son solamente cuatro, éstas en su supuesto orden cronológico:
  1. Samia
  2. Perikeiroméne (Trasquilada)
  3. Díscolo (317 / 316 a. C.)
  4. Epitrépontes (El arbitraje)

3. CARACTERÍSTICAS ESTRUCTURALES Y TEMÁTICAS DE LA COMEDIA DE MENANDRO

De la lectura y análisis de estas obras (y del resto de los fragmentos) se puede deducir cuáles eran las características estructurales y temáticas de la comedia de Menandro.

Desde el punto de vista estructural se observa que las obras de Menandro se dividen en cinco actos, lo cual puede haber sido quizá la norma general para toda la Comedia Nueva.

Este es el número de actos propuesto como canónico por Horacio (Ars Poetica 189):
neue minor neu sit quinto productior actu
Los actos se dividían por las intervenciones del coro, al cual sólo se alude al final del primer acto de cada comedia: p. ej., en el Díscolo se nos anuncia en ese momento la llegada de un grupo de devotos del dios Pan (el coro de la obra).

Pero estos coros ya no tenían nada que ver con el contenido de la comedia: son sólo intermedios musicales y posiblemente sus cantos (cuyo texto era irrelevante para la comedia) no eran obra del autor.

Es curioso que, aun teniendo cinco actos las comedias, el nudo de la acción se resuelve al final del cuarto. No obstante, el quinto acto solía traer a escena algo inesperado:
  • por ejemplo, el matrimonio de Gorgias en el Díscolo;
  • o, en La Samia, el protagonista (Mosquión) decide asustar a su padre (Démeas) diciéndole que se marcha de mercenario pues está dolido porque su padre había sospechado de él (por su supuesta relación con Críside, concubina de su padre).
Otro elemento estructural notable en estas comedias es el prólogo. Hasta donde sabemos, todas las comedias de Menandro presentan al principio o a la mitad del primer acto un prólogo, pronunciado por un personaje o, más habitualmente, por un ente divino que no vuelve a aparecer en la obra.
  • En el Díscolo es Pan quien pronuncia el prólogo:
Imaginad que este sitio es File, en el Ática, y que el ninfeo de donde salgo es el famosísimo santuario de los filasios, y de esos que son capaces de cultivar los pedruscos que hay por allí. El campo este que hay a mi derecha es donde vive Cnemón, un ser humano bastante inhumano e insociable con todos y que aborrece a la gente (vv. 1 – 7, trad. Bádenas).
  • En la Trasquilada es Ignorancia.
  • En El arbitraje era quizá Fortuna.
  • En la Samia, en cambio, pronuncia el prólogo un joven, Mosquión, el protagonista.
Ese prólogo se singulariza dentro de la obra por su estilo, su vocabulario o su sintaxis, más compleja que en el resto de la pieza representada: parece que, con estos rasgos marcados, Menandro intentaba atraer la atención del espectador hacia el prólogo.

Y ¿por qué incluir en las comedias estos prólogos ilustrativos, que ponen a los espectadores en situación y les informan sobre los antecedentes de la trama?
  • Lo más verosímil (se dice) es que este tipo de prólogo fuera práctica normal en toda la Comedia Nueva.
  • Pero al tiempo es importante resaltar que el prólogo de la Nueva parece ser un elemento tomado en préstamo de Eurípides, significativamente el trágico favorito del Helenismo.
Del modelo euripídeo deben de proceder también los monólogos que Menandro emplea con frecuencia de cara a preparar la presentación en escena de un personaje.

La estructura en cinco actos es empleada por Menandro, desde el punto de vista temático, para desarrollar argumentos ficticios con final feliz, que implican habitualmente la resolución de conflictos entablados, por ignorancia o error, entre padres e hijos, amantes o esposos.
  • Como ya se ha dicho, no hay argumentos tomados del mito.
  • No hay prácticamente elementos fantásticos: lo único fantástico en Menandro es la presencia de coincidencias y la actuación de la casualidad, la týche (cfr. Vogt-Spira 1992).
  • Aunque sea de pasada, hago observar que la Fortuna había ido cobrando protagonismo desde el S. IV a. C., en la medida en que crecía en la sociedad ateniense la sensación de inseguridad ante unos cambios que escapaban al control de los individuos.
Un ejemplo modélico de este tipo de argumento de Comedia Nueva lo encontramos en la trama de La Samia:
Un padre (Démeas) cree que su hijo adoptivo (Mosquión) ha seducido a su concubina (Críside) en su ausencia y que el niño que ella custodia es consecuencia de ello; está en lo cierto al pensar que su hijo adoptivo es el padre de la criatura pero su madre es una joven (Plangón), hija soltera de su vecino (Nicérato) – por supuesto, en la comedia se acabará acordando el matrimonio entre Mosquión y Plangón.
El happy end es, como se ha adelantado, uno de los elementos característicos y fundamentales de la comedia de Menandro. Es algo con lo que ya cuenta el espectador pues pertenece a su horizonte de expectativas: por tanto, la intriga de estas comedias no se halla
  • en cuál será el desenlace
  • sino en cómo se llegará a ese desenlace feliz.
Para hacer avanzar la trama en el sentido de llegar al happy end es habitual el recurso al motivo del reconocimiento, presente también en el otro gran género dramático, la tragedia:
  • en ésta el anagnorismós suela implicar, a la inversa, un desenlace desgraciado (como en Edipo Rey);
  • ahora bien, en la tragedia también existen anagnorismói con desenlace feliz, según sucede en el tema de Electra.
En la comedia, como veremos que ocurre también en la novela (p. ej., en el Dafnis y Cloe), el anagnorismós de niños abandonados lo posibilita el hecho de que el niño recién nacido fue expuesto junto con prendas de reconocimiento:
  • Así en el ejemplo de Trasquilada: dos niños gemelos (Glícera y Mosquión) fueron expuestos por su padre (Pateco) con prendas de reconocimiento.
  • Otro caso lo representa el anillo que Pánfila le quitó a su violador en El arbitraje (gracias a este anillo se reconoce que el padre del hijo de Pánfila es Carisio, con quien se ha casado): nótese que, en este segundo caso, a quien se reconoce no es al niño sino al padre del niño.
Los personajes que protagonizan estas tramas “conflictivas” (de conflicto cotidiano, doméstico) presentan también rasgos típicos.

Ha de recordarse, primeramente, su impronta burguesa:
  • Obviamente, esta impronta burguesa guarda relación con el mundo de valores de la Comedia Nueva, con los referentes éticos y sociales de su público.
  • De otro lado, ese carácter burgués de los protagonistas constituye al tiempo un rasgo que marca diferencias entre los personajes de Menandro y el “héroe cómico” de Aristófanes.
  • En los “héroes” de Menandro no hay ninguna necesidad de liberación de las estructuras y convenciones sociales, como en el “héroe cómico” de Aristófanes: más bien, todo lo contrario.
Si es importante resaltar el aspecto burgués de los personajes de Menandro, no lo es menos señalar la destreza lograda por el comediógrafo en su caracterización. En efecto, Menandro (se dice) logra convertir los estereotipos en individualidades gracias a su manejo del lenguaje.

Esto ha de entenderse, según García López (1988, 493), en el sentido de que, en sus comedias,
“el amo habla distinto del esclavo, el viejo del joven, la mujer casada de la hetera o nodriza y el parásito del cocinero”.
El lenguaje que hablan estos personajes de Menandro es una selección del ático del siglo IV a. C. No es ático puro, y ello perjudicó, por cierto, al autor en el sentido de que no fue incluido en los cánones escolares.

Que el lenguaje de Menandro sea el ático del siglo IV es interesante en la medida en que indica que volvemos a encontrarnos, otra vez, con lo cotidiano como rasgo central en Menandro. Su lengua es la lengua cotidiana que, además (y a diferencia de Aristófanes), evita las expresiones que suenan a sal gorda o, en general, a
  • originalidades (en sentido positivo)
  • o excentricidades (en sentido negativo).
En otro nivel, el de la métrica, también se observa la misma cotidianidad que apreciamos en su temática o en su dicción. En Menandro no hay ya la variedad de formas métricas de la Comedia Antigua. Las obras están predominantemente escritas en trímetro yámbico. No obstante, antes de considerar esto como un defecto del poeta se ha de recordar:
  • que en sus comedias no hay, propiamente, coro, y que por tanto se ha perdido la variedad de formas métricas que éste introducía;
  • que, seguramente, es intencional el empleo del trímetro yámbico: así consigue Menandro que el tono de su obra se aproxime al de una conversación normal.

4. CARÁCTER HELENÍSTICO DE LA COMEDIA NUEVA

Tras hablar de las características estructurales y temáticas de la comedia de Menandro se debe subrayar el carácter helenístico de su comedia y, en general, de la Comedia Nueva.

Así lo evidencian sus inquietudes éticas y su interés por el éxito del individuo.
  • Nótese que, en esta fase de la comedia, desaparece el apego explícito a una pólis, típico de la literatura griega clásica.
  • Tampoco hay un interés explícito por los grandes temas de la historia política y militar de la época.
  • Antes bien, lo que interesa a la Comedia Nueva son las estructuras sociales y legales en que se basa el sistema del óikos.
La preocupación central en la Comedia Nueva es, de hecho, la preservación de la casa (del óikos) y del patrimonio familiar.

Y este empeño tiene éxito cuando se acuerda un matrimonio del que se espera descendencia.
Nótese que, al no estar vinculada a las circunstancias de una pólis concreta, la Comedia Nueva pudo actuar como elemento de unión entre las capas altas de la sociedad helenística.

Más aún, las virtudes recomendadas en las obras de Menandro (philanthropía, metriótes) podían ayudar a salvar distancias entre los grupos sociales y económicos de la época.

Para concluir con la cuestión del carácter helenístico de la Comedia Nueva hacemos observar que estas obras están llenas de anhelos imposibles, de conflictos de identidad y de reconocimientos.
  • A estos temas de la comedia subyacen seguramente miedos e inseguridades que ya existían en el Helenismo al igual que existen entre nosotros, en la modernidad.
  • Pero lo notable, lo típico del Helenismo, es que la Comedia Nueva, a diferencia de otros géneros u obras de nuestra época, elige resolver esos miedos gracias a un final feliz.

5. LA IMPORTANCIA HISTÓRICA DE MENANDRO Y LA COMEDIA NUEVA

Por último habrá de destacarse la importancia histórica de Menandro y la Comedia Nueva.

Antes indicábamos que Menandro, aun no siendo en vida un mimado de la victoria, se convirtió a su muerte en un autor de gran éxito, según lo muestran p. ej.
  • la estatua que se le dedicó en el teatro de Dioniso en Atenas;
  • los múltiples fragmentos en papiro de sus obras, indicio de la frecuencia con que era leído;
  • los comentarios y estudios filológicos de sus comedias.
Posiblemente la razón del éxito post mortem de Menandro se halle en los valores educativos y éticos que encarna el autor y que eran, precisamente, los valores de referencia en el mundo helenístico y romano. Su comedia influyó en otros géneros de la literatura antigua:
En Roma imitaron el modelo de Menandro tres figuras fundamentales: Plauto, Cecilio Estacio, Terencio, quienes sabemos que imitaron igualmente otras obras de la Comedia Media o la Nueva.
En el caso de Plauto se conoce el modelo griego de ocho de sus comedias.
En el caso de Terencio se conoce el modelo griego de sus seis obras.

Menandro ha debido de ser el modelo para cuatro comedias de cada uno de los comediógrafos romanos:
Plauto: Stichus, Báquides, Cistellaria, Aulularia. 
Terencio: Heautontimorúmenos, Andria, Eunuco, Adelphoe.

Es especialmente interesante el caso de Plauto, Báquides, reelaboración de Menandro, Dìs exapatôn, porque, a través de papiros, hemos recuperado el original griego de Báquides 494 - 560.

En último extremo, y aunque tantas veces no lo advirtamos, Menandro y la Comedia Nueva griega son el origen de toda la tradición europea de la comedia de caracteres y costumbres. Y no sólo de la comedia literaria: también de la comedia cinematográfica.



ALGUNAS REFERENCIAS:

* Sobre la Comedia Media:
BROWN, P.G.M., “Masks, Names and Characters in New Comedy”, Hermes 115 (1987), pp. 181-202.
GIL, L., “Alexis y Menandro”, EClás 69 (1970), pp. 311-345.
GIL, L., “Consideraciones generales en torno a la Comedia Media y Nueva”, EClás 18 (1974), pp. 61-82.
GUILLÉN, L., Aristóteles y la Comedia Media, Madrid, 1977.
NESSELRATH, H.G., Die attische Mittlere Komödie, Berlín, 1990.

* Sobre aspectos generales de la Comedia Nueva:
DEL CORNO, D., “Vida ciudadana y comedia burguesa”, en R. Bianchi Bandinelli (ed.), Historia y civilización de los griegos. V. La crisis de la polis. Historia, literatura, filosofía, Barcelona, 1981, pp. 261-291 (Storia e Civilitá dei Greci, Milán, 1979).
HUNTER, R.L., The New Comedy of Greece and Rome, Cambridge, 1985.
WEBSTER, T.B.L., Studies in Later Greek Comedy, Manchester, 1970 (2ª ed.).

* Sobre Menandro:
BÁDENAS DE LA PEÑA, P. (trad.), Menandro. Comedias, Madrid, 1986.
BLANCHARD, A., Essai sur la composition des comédies de Ménandre, París, 1983.
BLUME, H.-D., Menander, Darmstadt, 1998.
GARCÍA LÓPEZ, J., “La Comedia nueva. Menandro”, en J. A. López Férez (ed.), Historia de la Literatura Griega, Madrid, 1988, pp. 478-502.
GOLDBERG, S.M., The Making of Menander's Comedy, Londres, 1980.
GOMME, A.W. y SANDBACH, F.H., Menander: A Commentary, Oxford, 1973.
HANDLEY, E.W., The Dyskolos of Menander, Londres-Cambridge Mass., 1965.
HURST, A., Dans les marges de Ménandre, Ginebra, 2015.
LEFEVRE, E., “Menander”, en G.A. Seeck (ed.), Das griechische Drama, Darmstadt, 1979, pp. 307-353.
VOGT-SPIRA, G., Dramaturgie des Zufalls. Tyche und Handeln in der Komödie Menanders, Múnich, 1992.
WALTON, J.M. y ARNOTT, P.D., Menander and the Making of Comedy, Wesport, Connecticut, 1996.
WEBSTER, T.B.L., Studies in Menander, Manchester, 1960 (2ª ed.).
WEBSTER, T.B.L., Menander: An Introduction, Manchester, 1974.
WEISSENBERGER, M., “Vater-Sohn-Beziehung und Komödien-Handlung in Menanders Samia”, Hermes 119 (1991), pp. 415-434.
ZAGAGI, N., The Comedy of Menander. Convention, Variation and Originality, Londres, 1994.





martes, 6 de enero de 2009

LA POESÍA HELENÍSTICA Y SU CARÁCTER INNOVADOR

1. LAS NUEVAS CIRCUNSTANCIAS DE LA POESÍA EN EL HELENISMO
2. ANTÍMACO DE COLOFÓN
3. FILETAS DE COS
4. LICOFRÓN DE CALCIS


El período helenístico fue, ciertamente, la época de la comedia burguesa de argumento ficticio, la Comedia Nueva. Pero, ante todo, el Helenismo es una época de florecimiento de la poesía, una poesía que presenta características novedosas con respecto a momentos previos.
En esta entrada hablaremos de las nuevas características de la poesía como acto de comunicación.
Y de los precursores de la poesía helenística; por orden cronológico:
  • Antímaco de Colofón
  • Filetas de Cos
  • Licofrón.


1. LAS NUEVAS CIRCUNSTANCIAS DE LA POESÍA EN EL HELENISMO

Retomando ideas que ya fueron avanzadas en la entrada , recordaremos que la actividad cultural y literaria de la época se desplaza de Atenas a los nuevos centros impulsados por los monarcas helenísticos.
También las CIRCUNSTANCIAS DE COMPOSICIÓN Y EJECUCIÓN de la poesía han variado, al haberse roto definitivamente el fuerte grado de interacción que existió en tiempos entre poeta-ejecutante-público:
  • Por primera vez nos hallamos ante una literatura volcada en sí misma, una literatura compuesta por poetas doctos que trabajan desde el conocimiento de la literatura anterior.
  • Más aún, la nota de “docto” no se le ha de aplicar sólo al poeta sino también a su restringido y selecto público, pues los receptores de esta nueva poesía son individuos igualmente ilustrados, capaces de captar las sutilezas y ecos intertextuales que salpican la poesía del momento.


2. ANTÍMACO DE COLOFÓN

ANTÍMACO DE COLOFÓN es un precursor distante de la poesía helenística, según nos indican sus fechas biográficas: 444 – primer cuarto del S. IV a. C.
De él se recordará que escribió ante todo poesía épica de nuevo cuño, diferenciada de la que habían venido componiendo en los últimos siglos autores como p. ej. Paniasis, el tío de Heródoto. Su aportación más importante al género es una Tebaida de la que sólo se conservan fragmentos (cfr. Matthews 1995).

Antímaco puede ser considerado precedente del Helenismo por cuanto él es también un poeta doctus, un erudito que juega con la lengua de Homero y la varía anticipando procedimientos que desarrollarán cien años después las grandes figuras de la poesía alejandrina.




3. FILETAS DE COS

Quien es el precedente por excelencia de la poesía helenística es FILETAS DE COS, cuyas fechas (en torno a 320 – en torno a 270) nos sitúan ya de lleno dentro del nuevo período.
Filólogo como las grandes figuras de la poesía alejandrina (escribió unas Átaktoi glôssai, léxico de palabras raras: cfr. Dettori 2000), sabemos gracias a los escasos fragmentos conservados (p. ej., los de su Hermes: cfr. Latacz 1999 y la edición de Spanoudakis 2002)
  • que cultivó la elegía erótica
  • y que trató, según parte de la crítica, temática pastoril.
Personalmente entiendo que no hay base para afirmar que Filetas compusiera poesía bucólica: cfr. J. B. Torres, “Longo y Virgilio. Huellas romanas en suelo griego”, en Á. Sánchez-Ostiz, J. B. Torres y R. Martínez (eds.), De Grecia a Roma y de Roma a Grecia: un camino de ida y vuelta, Pamplona, 2007, pp. 375-390 (cfr. pp. 386-7).
La importancia histórica de Filetas radica en el hecho de que él fue quien sentó los ideales estéticos del Helenismo con su preferencia por la poesía breve, trabajada con cuidado, lingüísticamente perfecta y compuesta para agradar al entendido.


4. LICOFRÓN DE CALCIS

En una cronología imprecisa pero básicamente similar a la de Filetas escribió también otro erudito, LICOFRÓN DE CALCIS, filólogo en Alejandría, miembro de la llamada “Pléyade” de autores trágicos; Licofrón es el último precursor del Helenismo al que tomaremos en consideración dentro de esta entrada.

Licofrón fue, ante todo, un prolífico autor de tragedias, todas ellas perdidas. Lo que conservamos de su obra es, básicamente, el poema escénico conocido como Alejandra (1400 vv.).

Esta composición trata sobre las profecías de Casandra y se halla plagada de intrincadas alusiones mitológicas; estas alusiones, y su lenguaje enigmático, hacen de la Alejandra una de las obras de lectura más compleja dentro de la literatura griega.

José B. Torres Guerra


ALGUNAS REFERENCIAS:

* Sobre aspectos generales:
FANTUZZI, M., y HUNTER, R., Tradition and innovation in Hellenistic poetry, Nueva York, 2004 (Muse e modelli: la poesia ellenistica da Alessandro Magno ad Augusto, Roma, 2002).
HUTCHINSON, G.O., Hellenistic Poetry, Oxford, 1988.
KÖRTE, A. y HÄNDEL, P., La poesía helenística, Barcelona, 1973 (Die hellenistische Dichtung, Stuttgart, 1960).
SERRAO, G., “La poética del "estilo nuevo": de la mímesis aristotélica a la poética de la verdad”, en R. Bianchi Bandinelli (ed.), Historia y civilización de los griegos. VIII. La cultura helenística. Filosofía, ciencia, literatura, Barcelona, 1983, pp. 210-265 (Storia e Civilitá dei Greci, Milán, 1977).
WILAMOWITZ-MOELLENDORFF, U. VON, Hellenistische Dichtung, Berlín, 1924.
ZANKER, GR., Modes of Viewing in Hellenistic Poetry and Art, Madison (Wisconsin), 2004.
* Sobre Filetas y otros precursores:
BLUMENTHAL, A. VON, “Philetas”, RE XIX (1938), coll. 2165-70.
CALDERÓN, E., “Filetas de Cos, poeta doctus: las coordenadas de una época”, EClás 93 (1988), pp. 7-34.
DETTORI, E. (ed.), Filita grammatico. Testimonianze e frammenti, Roma 2000.
FERNÁNDEZ-GALIANO, M. y FERNÁNDEZ-GALIANO, E. (trads.), Licofrón: Alejandra. Trifiodoro: La toma de Ilión. Coluto: El rapto de Helena, Madrid, 1987.
JOSIFOVIC, S., “Lykophron”, RE Supl. XI (1968), coll. 888-930.
LATACZ, J., “Philitas und Homer: Bemerkungen zu Philitas' Hermes”, en J.N. Kazazis y A. Rengakos (eds.), Euphrosyne. Studies in Ancient Epic and its Legacy in Honor of Dimitris N. Maronitis, Stuttgart, 1999, pp. 202-210.
MATTHEWS, V.J. (ed.), Antimachus of Colophon: Text and Commentary, Leiden, 1995.
SERRAO, G., “Antímaco de Colofón, primer "poeta doctus"”, en R. Bianchi Bandinelli (ed.), Historia y civilización de los griegos. V. La crisis de la polis. Historia, literatura, filosofía, Barcelona, 1981, pp. 292-302 (Storia e Civilitá dei Greci, Milán, 1979).
SPANOUDAKIS, K. (ed.), Philitas of Cos, Leiden 2002.
ZIEGLER, K., “Lykophron”, RE XIII (1927), coll. 2316-81.