La hija de Liddell(-Scott) no puede ser, claro, hija del voluminoso léxico de griego que los estudiosos de esta lengua conocen tan bien.
La hija de Liddell(-Scott) es el vástago humano del primer editor del Greek-English Lexicon, el reverendo Henry George Liddell, Alice Liddell. Para quienes no la conozcan: también hay quien la llama Alicia en el país de las maravillas.
Escribo aquí sobre ello por un motivo. Leía hace poco Alicia a través del espejo. Busqué información sobre su autor, el diácono Dodgson, Lewis Carroll en la ficción, y descubrí que la Alicia real que inspiró la obra se apellidaba Liddell.
La proximidad en el tiempo y el espacio con la primera edición del Lexicon (todo coincide en Oxford, en la segunda mitad del siglo XIX), la deformación profesional del helenista, hicieron que me preguntase: ¿y si la Alice Liddell de Carroll fuese hija del Liddell cuyo nombre ha quedado unido para siempre en el imaginario de los filólogos a los de Scott (Robert) y Jones (Henry)?
Se dice tan a menudo en castellano "el mundo es un pañuelo" que a veces dan ganas de replicar "un pañuelo también puede ser un mundo". Sí puede serlo. Pero lo contrario también es cierto.
Alicia en el país de las maravillas es la creación de Dodgson. Este se inspiró para crearla en la pequeña Alicia Liddell, cuyo padre pasó a la historia como creador de una poderosa obra lexicográfica aún no superada después de más de ciento cincuenta años. Yo descubro, llegado al medio siglo, que hay una conexión directa entre uno de mis instrumentos de trabajo, el Liddell-Scott, y aquel fantástico mundo de lo ilógico cuya existencia descubrí cuando solo era un niño. Como la propia Alicia.
La distancia que media entre Alicia en el país de las maravillas y el Greek-English Lexicon parece infinita. Y sin embargo las dos obras tienen muchísimo más en común de lo que yo podría haber soñado hace solo una semana.