Íbico fue uno de los grandes líricos de Grecia. Y uno de los que tenemos un conocimiento más exiguo por la escasez de sus fragmentos. Como se dice en el sitio correspondiente de este blog, es peculiar en este poeta el hecho de que aúne formas de la lírica coral y temas propios de la monodia.
El fragmento que se traduce aquí (S 151 PMGF), dedicado al tirano Polícrates de Samos, es el más extenso que se conserva de Íbico. En él se aprecia otra singularidad: el tema por excelencia de la gran épica griega, la guerra de Troya, recibe un tratamiento lírico en manos de este poeta que, al final del texto, manifiesta el orgullo que siente por su arte.
] del Dardánida Príamo
la gran ciudad, afamadísima, opulenta, saquearon
de Argos partiendo,
del gran Zeus por voluntad,
por la figura de la rubia Helena
combate muy cantado manteniendo
en la guerra luctuosa;
al desdichado Pérgamo ascendió el infortunio
por Cipris de rubia cabellera.
Pero ahora ni a Paris traidor a su huésped
está en mi ánimo cantar
ni a Casandra de delicados tobillos
o de Príamo a los otros hijos,
de Troya de elevadas puertas el día
innombrable de la cautividad, ni de ningún[
de los héroes el valor
sobresaliente a los que cóncavas
naves de muchos pernos trajeron
para mal de Troya, héroes nobles:
a éstos el soberano Agamenón
gobernaba, rey Plisténida, caudillo de varones,
del noble Atreo hijo y vástago.
Esto las Musas eruditas
del Helicón bien lo tratarían de palabra,
mas un hombre mortal
vivo no podría referir cada cosa,
qué gran número de naves desde Áulide
a través del mar Egeo desde Argos
llegó a Troya
criadora de caballos; dentro iban hombres
de escudos de bronce, hijos de los aqueos:
de éstos el más sobresaliente con la lanza
era Aquiles de pies ligeros,
y el gran hijo de Telamón, el valeroso Ayante,
...
...] el más hermoso desde Argos
...] Cianipo a Ilión
...
...
...] de dorada faja
Hilis engendró: con éste a Troilo
como con el oropel el oro
tres veces fundido ya
troyanos y dánaos comparaban,
semejante en su encantadora figura.
Entre ellos siempre por tu belleza
también tú, Polícrates, gloria inmortal tendrás,
igual que en el canto también se funda mi gloria.
(Trad. José B. Torres)