En la época en la que el cristianismo es tolerado y se convierte después en la religión del estado surge un nuevo tipo de santo que podemos ejemplificar con las Confesiones de san Agustín.
Seamos realistas: para Agustín la búsqueda de Dios y la verdad última es un proceso arduo al que, además, no se le verán los frutos en esta vida.
Las Confesiones de San Agustín (354-430 d. C.) son una autobiografía espiritual que abarca los 35 primeros años de vida del autor; el texto pone un énfasis particular en su desarrollo interior y en cómo abrazó el cristianismo. Como género literario, la obra amalgama elementos de autobiografía, filosofía, teología y exégesis bíblica. Al denominarla “autobiografía espiritual” se está indicando que el propósito del autor no es contar su vida, sino dar explicación espiritual o filosófica de momentos interiores y exteriores de su biografía. La obra tuvo una influencia importante en la literatura cristiana y no cristiana de los siglos posteriores.
La estructura de las Confesiones se corresponde con su finalidad y contenido: trata del regreso o retorno de la creación a Dios y tiene como fin inspirar a otros a emprender esa búsqueda. La obra se compone de 13 libros. Los nueve primeros están organizados de manera cronológica, mientras que el libro 10 es una exploración sobre la memoria, y los libros 11-13 son interpretaciones detalladas del primer capítulo del libro del Génesis, que describe la creación del mundo. Se ha de notar que también en este caso prima la lectura espiritual: en 12 y 13, san Agustín no quiere escribir una cosmogonía, un relato sobre el origen del mundo, sino establecer relaciones entre el mundo (macrocosmos) y el espíritu del hombre (microcosmos).
Formalmente, el autor adopta de manera muy original una apelación
directa a Dios, una “oración íntima, pero en voz alta y puesta por escrito”. En
este sentido, puede ser esclarecedor notar que “confesión” está usado por el
autor a propósito con al menos tres sentidos: la admisión de la culpa por
hechos pasados (“confesión de los propios pecados”: confessio peccati),
la fe (confessio fidei) y el acto de alabanza a Dios (“confesión de la
grandeza de Dios”: confessio laudis).
A continuación, se propone
una síntesis de los libros que se van a trabajar este curso:
Libro
I
El libro I se ocupa de la
infancia y primera niñez de san Agustín, con interesantes comentarios sobre la
primera memoria y sus recuerdos de la escuela y de la enseñanza de la literatura
latina.
Libro
II
El libro II se centra en
la adolescencia del autor, sus primeros estudios de oratoria y otros episodios
entre los que destaca el conocido “robo de las peras”, que le sirve de punto de
partida para una reflexión sobre las causas del mal moral.
Libro
III
En este libro se narra la juventud
de Agustín en Cartago, a donde acude para estudiar retórica. Al tiempo
desarrolla su pasión por la sabiduría por el efecto positivo que produce en él
la lectura del Hortensio de Cicerón. Su
búsqueda de la verdad lo lleva por un camino que juzgará después equivocado, el
maniqueísmo.
Libro
VIII
Los libros IV-VII siguen
hablando de la edad adulta del autor, de su carrera profesional como profesor
de retórica, de sus intereses filosóficos y espirituales (maniqueísmo), de su
vida con una concubina y de su progresiva aproximación al cristianismo.
El libro VIII es el libro
dedicado por el autor a los momentos previos e inmediatamente posteriores a su
conversión. Aunque San Agustín estaba ya convencido de que “existe una
sustancia indestructible de la que procede toda substancia (Dios)”, se resistía
a comprometerse por completo y bautizarse: “… deseaba estar, no más cierto de
ti, sino más estable en ti”. Los relatos de las conversiones y caminos
espirituales de varios conocidos de su entorno cercano cooperan a que llegue a
un momento de crisis espiritual. Es interesante examinar en qué términos
describe el autor el conflicto de su voluntad en relación con su identidad
(8.11, 16, 18-21). El libro incluye asimismo el conocido pasaje en el que oye a
un niño decir “toma y lee” (8.29); este episodio provoca su decisión definitiva
de convertirse.
Libro
IX
Después de su conversión,
Agustín abandona su cátedra de retórica. Se retira a una finca en Casiciaco,
cerca de Milán, y allí se prepara interiormente para el bautismo. Este le es administrado
por san Ambrosio, quien también bautiza en esa ceremonia a su amigo Alipio y a
su hijo Adeodato. Cuando está a punto de regresar a África con su
madre, Mónica, esta muere en Ostia; poco antes, ambos tienen una experiencia
mística que el autor refiere en detalle.
Para orientar la lectura, se proponen las siguientes cuestiones:
- ¿A quién van dirigidas las Confesiones? ¿Es sincera la oración de Agustín a Dios o nos está hablando realmente a nosotros, a los creyentes, los no creyentes, los filósofos, los oradores…?
- ¿Qué problemas observa el autor en el proceso de auto-conocerse y la exploración de la propia interioridad? ¿Por qué es importante este paso en el proceso de búsqueda del Bien y de Dios?
- ¿Qué relevancia tiene el episodio del “robo de las peras” para conocer la interioridad? ¿Cree el autor que se puede hacer el mal realmente “de balde” o siempre se busca un bien inferior o aparente? Por otro lado, ¿qué imagen de la infancia ofrece la obra?
- ¿Cómo describirías la tensión que existe en la vida de Agustín entre el bien y el mal?
- ¿Cuál es la relación que mantiene el autor con los textos a los que se refiere en el libro III, el Hortensio y la Sagrada Escritura? ¿Qué le impulsa a la lectura de esas obras y en qué medida le descubren nuevos caminos en su vida?
- ¿Por qué decide Agustín abrazar el maniqueísmo, qué espera encontrar en esa doctrina y qué descubre realmente? ¿Cuál es el concepto del mal y la moral que propone la doctrina maniquea y cuál el que defiende al final Agustín?
- ¿Cómo se produce la conversión de Agustín? ¿Nos parece un proceso creíble o una reelaboración retórica? ¿Pensamos que una conversión es algo así?
- ¿Por qué se resiste interiormente Agustín a la conversión? ¿Es la conversión de Agustín un acto de libertad? El acto de libertad, ¿puede implicar un compromiso tan radical como el que adopta Agustín, además sin vuelta de hoja?
- ¿Es san Agustín feliz o vive agobiado por el mal, la
culpa y el pecado? Las Confesiones, ¿son, en algún sentido, una obra
optimista? La conciencia del propio mal, de la propia culpa, ¿puede hacer que
la obra nos resulte extraña?
- Al principio del libro IX Agustín se pregunta dónde se
hallaba su “libre albedrío” durante todos los años en los que vivió sin ser
cristiano. ¿Por qué se siente libre cuando va a
adoptar compromisos graves que parecen recortar su libertad?
- ¿Qué imagen ofrece Agustín de su madre Mónica? ¿Cuál es el sentido de lo que dice sobre ella en el contexto de toda la obra?
- ¿Qué relación se puede encontrar entre el “éxtasis de Ostia” y el tema general de este curso?
- Por último, ¿es el protagonista una persona íntegra, capaz de buscar durante años la verdad? ¿Se puede dar una respuesta no trascendente a la búsqueda del Bien y la verdad a la que se consagra Agustín?