Esta exposición parte de un estudio previo sobre iconología en la Vida de Constantino de Eusebio de Cesarea. Es un estudio sobre la significación y el papel de la púrpura en la construcción de la imagen del emperador que presenta esa obra:
José B. Torres Guerra, “Purple and the Depiction of Constantine in Eusebius and other Contemporaneous Panegyrical Works”, en Mª Pilar García Ruiz
y A. Quiroga Puertas (eds.), Emperor and Emperorship
in Late Antiquity. Images and
Narratives, Leiden, Brill, 2021, 76-92.
El estudio tiene en cuenta, además de la
Vida de Constantino, otros panegíricos afines, relacionados con Constantino
u otros emperadores. Se recurre a la comparación con esos textos para establecer
un marco histórico, literario y retórico:
-
Atañen a esa figura, además de la Vida de Constantino,
o
la Laus Constantini
(también de Eusebio de Cesarea,
también en griego),
o
el Discurso a la asamblea de los santos (Oratio ad Sanctorum coetum, en griego; en principio, de Constantino: ¿con la colaboración de Eusebio
y/o Lactancio?)
o
y dos Panegyrici Latini anónimos, de autores paganos (VI [7], XII [9]). En algún momento de ellos se habla de la púrpura también en relación con dos tetrarcas: el PanLat VI (7; cf. 16,1) a Maximiano y el PanLat
XII (9; cf. 3,4, 16,3) a Majencio. En el curso de la investigación se vio que también
convenía recurrir a otros dos PanLat no contemporáneos: el PanLat III (11: dedicado a Juliano)
y el PanLat II (12: dedicado a Teodosio).
Como resultado del estudio se apreció que
la púrpura se presenta bajo tres modalidades distintas en la Vida de Constantino:
1.
Púrpura, en un sentido
secular: es el atributo imperial característico, símbolo de la dignidad imperial
de acuerdo con la tradición romana.
o
Sucede también así en el PanLat VI 8,3:
los soldados de Constancio Cloro, el padre de Constantino, se la imponen a este para indicar que es su
sucesor tras su muerte.
o
En la Laus
Constantini, la púrpura (ἁλουργίς, ‘manto de púrpura’ según el DGE) es
parte de los atributos imperiales con los que se reviste Constantino; una vez (5,6)
viene acompañada de otro atributo imperial, la diadema. Se ha de subrayar que estas
referencias a la púrpura de un escritor cristiano que escribe un basilikòs lógos
hablan de ese material en el mismo sentido
secular que los autores paganos.
o
En la Vida de Constantino, las referencias
a la púrpura (ἁλουργίς, con una excepción en 4,66,2, πορφύρα) son, aunque escasas, significativas y funcionales porque marcan hitos
en la narración. La púrpura solo aparece en sentido
secular en dos ocasiones, al principio y al final de la obra:
§
1,21,2-22,1: como en PanLat VI, la asunción
de la púrpura indica la asunción del poder; se dice cómo Constantino entra revestido
de púrpura, como nuevo Augusto, en el palacio de su padre tras la muerte de este.
§ 4,66,1-2: tras
la muerte de Constantino, sus soldados lo trasladan a Constantinopla para el funeral
imperial. El cadáver se sitúa en un catafalco, sobre un almohadón, envuelto en “púrpura
imperial” (ἁλουργίδι βασιλικῇ). El cadáver está revestido además con los símbolos
del poder, la púrpura (πορφύρᾳ) y la diadema.
Lo notable es que, en esta ceremonia secular (y pagana), vuelven a vestir a Constantino
con la púrpura, el símbolo que había rechazado antes de morir según se verá ahora.
2.
Púrpura en un sentido
religioso positivo: estas menciones se pueden leer a la luz de las connotaciones
de la púrpura en el Antiguo Testamento, de modo especial cuando Constantino aparece en el Concilio de Nicea (Vida de Constantino 3,10,3-4):
πάντων
δ’ ἐξαναστάντων ἐπὶ
συνθήματι, ὃ τὴν
βασιλέως εἴσοδον ἐδήλου, αὐτὸς
δὴ λοιπὸν διέβαινε μέσος
οἷα θεοῦ τις οὐράνιος
ἄγγελος, λαμπρὰν μὲν
ὥσπερ φωτὸς μαρμαρυγαῖς ἐξαστράπτων
περιβολήν, ἁλουργίδος δὲ πυρωποῖς καταλαμπόμενος ἀκτῖσι, χρυσοῦ τε καὶ
λίθων πολυτελῶν διαυγέσι φέγγεσι
κοσμούμενος.
Todos se alzaron a una señal que indicaba la entrada
del emperador. Marchaba él seguidamente por en medio como un mensajero celeste de
Dios, irradiando como chispazos de luz de su brillante vestidura, iluminado por
los rayos intensos de un manto de púrpura, adornado con el deslumbrante esplendor del oro y las piedras
preciosas (trad. José B. Torres).
o
Constantino se presenta ante los obispos reunidos
para inaugurar la sesión. Él abre y preside de hecho, según la narración de Eusebio,
el Concilio de Nicea, como un obispo situado por encima de los obispos, en ausencia
del papa Silvestre I, buscando preservar la concordia
de su imperio. Y sin ser formalmente cristiano porque no está bautizado.
o
La escena tiene una gran fuerza visual y, en su
centro, se sitúa la figura resplandeciente de Constantino, que brilla con la púrpura
imperial. Pero él, según Eusebio, ya es más que un emperador, por el contexto eclesial
de la escena, porque aparece οἷα
θεοῦ τις οὐράνιος ἄγγελος, “como un
mensajero celeste de Dios”. Y también su púrpura debe ser ahora algo más que púrpura
imperial.
o
Para entender las implicaciones de esta imagen
conviene leer la escena a la luz del Éxodo. Se debe recordar la importancia que
se le atribuye a la púrpura en el Antiguo Testamento (en los Setenta siempre, como en el Nuevo Testamento, πορφύρα,
nunca ἁλουργίς), muy en concreto en las prescripciones rituales del Éxodo. Ahí se
indica, y son solo unos pocos ejemplos, el papel de la púrpura en la confección
de la tienda del Tabernáculo, de diversos objetos rituales y de las vestiduras sacerdotales,
del efod (el pectoral del sacerdote) y del manto de este. Cf. Éxodo[LXX]
28,3-5, 8, 15 (a propósito de los vestidos del sacerdote):
τοῖς σοφοῖς τῇ διανοίᾳ (…) ποιήσουσιν τὴν
στολὴν τὴν ἁγίαν Ααρων εἰς τὸ ἅγιον, ἐν ᾗ ἱερατεύσει μοι. 4 καὶ αὗται αἱ στολαί,
ἃς ποιήσουσιν· τὸ περιστήθιον καὶ τὴν ἐπωμίδα καὶ τὸν ποδήρη καὶ χιτῶνα κοσυμβωτὸν
καὶ κίδαριν καὶ ζώνην· καὶ ποιήσουσιν στολὰς ἁγίας Ααρων καὶ τοῖς υἱοῖς αὐτοῦ εἰς
τὸ ἱερατεύειν μοι. 5 καὶ αὐτοὶ λήμψονται τὸ χρυσίον καὶ τὴν ὑάκινθον καὶ τὴν πορφύραν καὶ τὸ κόκκινον καὶ τὴν βύσσον. (…) 8 καὶ τὸ ὕφασμα τῶν ἐπωμίδων, ὅ ἐστιν ἐπ’ αὐτῷ, κατὰ τὴν ποίησιν ἐξ αὐτοῦ ἔσται ἐκ χρυσίου καὶ ὑακίνθου καὶ πορφύρας καὶ κοκκίνου διανενησμένου καὶ βύσσου κεκλωσμένης. (…) 15 καὶ ποιήσεις λογεῖον τῶν κρίσεων, ἔργον ποικιλτοῦ· κατὰ τὸν ῥυθμὸν τῆς ἐπωμίδος ποιήσεις αὐτό· ἐκ χρυσίου καὶ ὑακίνθου καὶ πορφύρας καὶ κοκκίνου κεκλωσμένου καὶ βύσσου κεκλωσμένης
ποιήσεις αὐτό.
Los expertos en el oficio (…) harán la vestidura
santa de Aarón para el santuario, con la que ejercerá para mí el sacerdocio. 4 Y
estas son las vestiduras que harán: el pectoral y el efod y la vestidura larga y
una túnica con flecos y una tiara y un cinturón; y harán vestiduras santas a Aarón
y a sus hijos para que ejerzan para mí el sacerdocio. 5 Y ellos tomarán el oro y
el jacinto y la púrpura y el granate y el lino. (…) 8 Y la textura de las hombreras, que está sobre él [el efod], será igual a su hechura: de oro y jacinto y púrpura y granate retorcido y lino rehilado. (…) 15 Y harás el pectoral de los juicios, trabajo de bordador; igual al efod lo harás: de oro y jacinto y púrpura y granate rehilado y lino rehilado (trad. de María Victoria Spottorno).
o
Se ha dicho que Eusebio convierte a Constantino
en un nuevo Moisés. Posiblemente la huella del Antiguo Testamento también está presente en la imagen
de Constantino que Eusebio presenta en la narración de Nicea. En la ocasión del
Concilio, el emperador ya no es solo emperador y su púrpura ya no es solo púrpura
imperial, según la tradición secular romana: la púrpura se reviste con las connotaciones
que tiene en el Antiguo Testamento, es la púrpura de un Sumo Sacerdote.
3.
Púrpura en un sentido
religioso negativo: así se aprecia, en la Vida de Constantino, en un único momento,
el relato de la muerte de Constantino y su bautismo.
o
Se ha de señalar que en el Nuevo Testamento la púrpura posee connotaciones distintas de las que tiene en el Antiguo Testamento. En el Nuevo Testamento hay alguna referencia a la púrpura puramente factual (la vendedora
de púrpura en Hechos 16,14). Pero, aparte de este caso, las menciones de este material
en el Nuevo Testamento son negativas.
1.
P. ej., en Lucas 16,19 es un atributo de la opulencia del hombre rico, insensible ante la pobreza de Lázaro.
2. La púrpura
es un elemento negativo muy en especial en el Apocalipsis, en el que forma parte, por ejemplo, de los adornos de la Gran Prostituta (17,4-5, 18,11-12, 16).
o
Ahora bien, hablar de púrpura en el Nuevo Testamento remite,
ante todo, a su protagonista, a Jesús, a su Pasión y a las burlas de los soldados.
Hablan del episodio Mateo, Marcos y Juan (Lucas no: en Lucas los soldados no se
burlan de la realeza de Jesús, de él se burla antes Herodes). Estos tres evangelistas
hablan de que la guarnición se burla de Jesús, asignándole atributos de rey cuando
es un preso que está a punto de morir crucificado como un malhechor:
1.
Mateo (27,27-31) habla de un “manto escarlata”
(un capote militar), una “corona” (de espinas) y un “cetro” (una caña); los soldados
se arrodillan ante él y lo aclaman como rey de los judíos.
οἱ στρατιῶται (…) 28 ἐκδύσαντες αὐτὸν χλαμύδα κοκκίνην περιέθηκαν αὐτῷ, 29 καὶ πλέξαντες στέφανον ἐξ ἀκανθῶν ἐπέθηκαν ἐπὶ τῆς κεφαλῆς αὐτοῦ καὶ κάλαμον ἐν τῇ δεξιᾷ αὐτοῦ, καὶ γονυπετήσαντες ἔμπροσθεν αὐτοῦ ἐνέπαιξαν αὐτῷ λέγοντες, Χαῖρε, βασιλεῦ τῶν Ἰουδαίων, 30 καὶ ἐμπτύσαντες εἰς αὐτὸν ἔλαβον τὸν κάλαμον καὶ ἔτυπτον εἰς τὴν κεφαλὴν αὐτοῦ. 31 καὶ ὅτε ἐνέπαιξαν αὐτῷ, ἐξέδυσαν αὐτὸν τὴν χλαμύδα καὶ ἐνέδυσαν αὐτὸν τὰ ἱμάτια αὐτοῦ, καὶ ἀπήγαγον αὐτὸν εἰς τὸ σταυρῶσαι.
Los soldados (…) 28 lo desnudaron y le echaron
encima un manto de púrpura; 29 y, trenzando una corona de espinas, se la pusieron
sobre su cabeza, y en su mano derecha una caña; y doblando la rodilla delante de
él, se burlaron de él diciendo: «¡Salve, Rey de los judíos!»; 30 y después de escupirle,
cogieron la caña y le golpeaban en la cabeza. 31 Y, cuando se hubieron burlado de
él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y lo llevaron a crucificar (trad.
Biblia de Jerusalén, ligeramente modificada).
2. Marcos (15,17-20)
habla de un vestido que es “púrpura” y de una “corona” (de espinas); los soldados lo
aclaman como rey de los judíos y se arrodillan ante él.
καὶ ἐνδιδύσκουσιν αὐτὸν πορφύραν καὶ περιτιθέασιν αὐτῷ πλέξαντες ἀκάνθινον στέφανον· 18 καὶ ἤρξαντο ἀσπάζεσθαι αὐτόν, Χαῖρε, βασιλεῦ τῶν Ἰουδαίων· 19 καὶ ἔτυπτον αὐτοῦ τὴν κεφαλὴν καλάμῳ καὶ ἐνέπτυον αὐτῷ, καὶ τιθέντες τὰ γόνατα προσεκύνουν αὐτῷ. 20 καὶ ὅτε ἐνέπαιξαν αὐτῷ, ἐξέδυσαν αὐτὸν τὴν πορφύραν καὶ ἐνέδυσαν αὐτὸν τὰ ἱμάτια τὰ ἴδια. καὶ ἐξάγουσιν αὐτὸν ἵνα σταυρώσουσιν αὐτόν.
Y lo visten de púrpura y, trenzando una corona
de espinas, se la ciñen. 18 Y se pusieron a saludarle: «¡Salve, Rey de los judíos!»
19 Y le golpeaban en la cabeza con una caña, le escupían y, doblando las rodillas,
se postraban ante él. 20 Y, cuando se hubieron burlado de él, le quitaron la púrpura
y le pusieron sus ropas. Y lo sacan fuera para crucificarlo (trad. Biblia de Jerusalén,
ligeramente modificada).
3. Juan (19,2-3,
5) habla de una “corona” (de espinas) y un manto “de púrpura” (“purpúreo”, πορφυροῦν);
los soldados lo aclaman como rey de los judíos.
καὶ οἱ στρατιῶται πλέξαντες στέφανον ἐξ ἀκανθῶν ἐπέθηκαν αὐτοῦ τῇ κεφαλῇ, καὶ ἱμάτιον πορφυροῦν περιέβαλον αὐτόν, 3 καὶ ἤρχοντο πρὸς αὐτὸν καὶ ἔλεγον, Χαῖρε, ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων· καὶ ἐδίδοσαν αὐτῷ ῥαπίσματα (…) 5 ἐξῆλθεν οὖν ὁ Ἰησοῦς ἔξω, φορῶν τὸν ἀκάνθινον στέφανον καὶ τὸ πορφυροῦν ἱμάτιον.
Y los soldados, trenzando una corona de espinas,
se la pusieron en la cabeza y le pusieron un manto de púrpura; 3 y se acercaban
a él y le decían: «Salve, Rey de los judíos.» Y le daban bofetadas (…). 5 Así pues,
Jesús salió fuera llevando la corona de espinas y el manto de púrpura (trad. Biblia
de Jerusalén, ligeramente modificada).
o
Como todo es una parodia, los soldados le escupen,
le golpean en la cabeza y, terminada la broma, lo despojan de la supuesta púrpura
real, lo visten de nuevo con sus vestidos (aunque en Juan se dice que sigue con
el manto de púrpura) y lo llevan a crucificar.
o
La visión negativa de la púrpura surge en la Vida de Constantino (4,62,4), como
se ha dicho, solo en la narración de la muerte de Constantino y su bautismo.
Κωνσταντῖνος Χριστοῦ μυστηρίοις ἀναγεννώμενος ἐτελειοῦτο, θείας τε σφραγῖδος ἀξιούμενος ἠγάλλετο τῷ πνεύματι ἀνεκαινοῦτό τε καὶ φωτὸς ἐνεπίμπλατο θείου (…) τὸ δ’ ἐναργὲς καταπεπληγὼς τῆς ἐνθέου δυνάμεως. Ὡς δ’ ἐπληροῦτο τὰ δέοντα, λαμπροῖς καὶ βασιλικοῖς ἀμφιάσμασι φωτὸς ἐκλάμπουσι τρόπον περιεβάλλετο ἐπὶ λευκοτάτῃ τε στρωμνῇ διανεπαύετο, οὐκέθ’ ἁλουργίδος ἐπιψαῦσαι θελήσας.
Constantino se iniciaba en los misterios de Cristo
y renacía, se le juzgaba digno del sello divino y se gloriaba en el Espíritu, se
renovaba y se llenaba de luz divina, (…), conmocionado, por otra parte, por la manifestación
visible del poder divino. Cumplido lo debido, se recubría con radiantes y regios
vestidos que refulgían a manera de la luz y se recostaba en un lecho de un blanco
intensísimo, sin querer posar ya su mano sobre la púrpura (trad. José B. Torres).
o La muerte de Constantino es inminente, como en el caso de Jesús en los pasajes de los Evangelios: también, como en su caso, la púrpura va a desempeñar un papel. El emperador pide recibir el bautismo. Según la Vida de Constantino, Constantino renuncia entonces a la púrpura; prefiere otras vestiduras, también brillantes, un “traje de cristianar”.
No se dice que sea blanco, según lo propio desde la Antigüedad (Cyr.H., Myst. 4,8). Pero lo da a entender λαμπρός en λαμπροῖς καὶ βασιλικοῖς ἀμφιάσμασι, “brillante e imperial vestidura”: λαμπρός lo usa, por ejemplo, Polibio (10,5,1) para traducir candidus (= ‘blanco radiante’), en la expresión toga candida.
o
Lo fundamental es que Constantino se despoja de
la púrpura y no quiere ni siquiera tocarla. Despojarse de la púrpura imperial es
repetir lo que hacían los nuevos cristianos, que se quitaban sus
vestidos viejos antes de recibir el bautismo. Además, el abandono de los vestidos
antiguos se acompaña en Constantino de la recepción de una “luz divina”, a la que
el emperador se refiere poco después (4,63,1):
κἄπειτα τὴν φωνὴν ἀνυψώσας εὐχαριστήριον ἀνέπεμπε
τῷ θεῷ προσευχήν, μεθ’ ἣν ἐπῆγε λέγων· «νῦν ἀληθεῖ λόγῳ μακάριον οἶδ’ ἐμαυτόν, νῦν
τῆς ἀθανάτου ζωῆς πεφάνθαι ἄξιον, νῦν τοῦ θείου μετειληφέναι φωτός».
Y después, alzando la voz, elevaba a Dios una oración
en acción de gracias, tras la cual seguía diciendo: “Ahora sé que soy bienaventurado
en el sentido verdadero, ahora sé que me he mostrado digno de la vida inmortal y
ahora sé que participo de la Luz divina” (trad. José B. Torres).
En relación con el sentido religioso
que acaba adoptando la púrpura en la Vida de Constantino es muy ilustrativa la comparación con la Oratio funebris (PG 9,487,1-4) que Gregorio de Nisa dedica
a la emperatriz Flacila (356-386); en esa
Oratio se habla incluso de dos tipos de púrpura, la púrpura terrena y la
púrpura celestial:
ἀπεδύσατο τὴν πορφυρίδα, ἀλλὰ Χριστὸν ἐνεδύσατο. τοῦτό ἐστι τὸ βασιλικὸν ὄντως καὶ τίμιον ἔνδυμα. τὴν ὧδε πορφύραν ἀκούω αἵματι κόχλου τινὸς θαλασσίας φοινίσσεσθαι, τὴν δὲ ἄνω πορφύραν τὸ τοῦ Χριστοῦ αἷμα λάμπειν ποιεῖ.
Se despojó de la púrpura. Pero se revistió de Cristo.
Este es el vestido realmente imperial y valioso. La púrpura de aquí dicen que se tiñe
de rojo con la sangre de un caracol marino. En cambio, a la púrpura de lo alto la
hace brillar la sangre de Cristo (trad. José B. Torres).
Querría llamar también la atención sobre otro pasaje del Nuevo Testamento del que no hablé en el artículo base de esta exposición. Puede que no implique una referencia a la púrpura. Aun así, se debe considerar esta posibilidad. Además, tiene importancia para la iconología del emperador-rey en el Nuevo Testamento; y presenta afinidades claras con los pasajes anteriores por la consideración negativa de los vestidos magnificentes que implican vanidad o, en términos clásicos, ὕβρις.
El pasaje en cuestión es Hechos de los Apóstoles 12,20-23. La “vestidura real” que lleva
en ese lugar Herodes (Herodes Agripa I), ¿es púrpura imperial-real?
Se ha de recordar, por cierto, que la púrpura, aunque sea de otra
calidad, puede no estar reservada al emperador; en PanLat 2(12),28,4 se habla de purpuras consulares, en PanLat 2(12),37,4 de reuerendos municipali purpura flamines).
Herodes se halla en Cesarea; hace acto de presencia ante los embajadores de Tiro
y Sidón. Al presentarse en público el rey, sucede esto:
21 τακτῇ δὲ
ἡμέρᾳ ὁ Ἡρῴδης ἐνδυσάμενος ἐσθῆτα βασιλικὴν [καὶ] καθίσας ἐπὶ τοῦ βήματος ἐδημηγόρει πρὸς αὐτούς· 22 ὁ δὲ δῆμος ἐπεφώνει, Θεοῦ φωνὴ καὶ οὐκ ἀνθρώπου. 23 παραχρῆμα δὲ ἐπάταξεν αὐτὸν ἄγγελος κυρίου ἀνθ’ ὧν οὐκ ἔδωκεν τὴν δόξαν τῷ θεῷ, καὶ γενόμενος σκωληκόβρωτος ἐξέψυξεν.
El día señalado,
Herodes, regiamente vestido y sentado en la tribuna, les arengaba. Entonces el pueblo
se puso a aclamarle: «¡Es un dios el que habla, no un hombre!» Pero inmediatamente
lo hirió el Ángel del Señor porque no había dado la gloria a Dios; y, convertido
en pasto de gusanos, expiró (trad. Biblia de Jerusalén).
Josefo (Antigüedades Judías 19,8,2) narra el episodio, con variantes.
En su caso, el vestido es de plata; se supone que estaba tejido con hilos de plata
que brillaban al sol. En lo que sigue al texto que presento, el rey recibe un presagio
ominoso, se siente mal y muere al poco tiempo.
Δευτέρᾳ δὴ τῶν θεωριῶν ἡμέρᾳ στολὴν ἐνδὺς ἐξ ἀργύρου πεποιημένην πᾶσαν, ὡς θαυμάσιον ὑφὴν εἶναι, παρῆλθεν εἰς τὸ θέατρον ἀρχομένης ἡμέρας. Ἔνθα ταῖς πρώταις τῶν ἡλιακῶν ἀκτίνων ἐπιβολαῖς ὁ ἄργυρος καταυγασθεὶς θαυμασίως ἀπέστιλβε μαρμαίρων τι φοβερὸν καὶ τοῖς εἰς αὐτὸν ἀτενίζουσι φρικῶδες.
En el segundo
día de las fiestas se puso un vestido hecho todo de plata, obra tejida de manera admirable, y se presentó en el teatro al rayar el día. Entonces, al incidir los primeros rayos
del sol, la plata, iluminada por la luz, la irradiaba de manera asombrosa, brillando
de un modo terrible e infundiendo temor en quienes fijaban en ella la mirada (trad.
José B. Torres).
Estudiar la imagen negativa del emperador-rey que rechaza a Dios o a los cristianos puede llevar a considerar otros textos. Por ejemplo, porque atañe a la cuestión constantiniana, se puede acudir al paralelo de la muerte de Valeriano en el Discurso a la asamblea de los santos 24,2; se da la misma mezcla de atributos reales que denotan excelencia y el contraste con las condiciones miserables en que muere el emperador (Valeriano) o el rey (Herodes Agripa) enemigos de Dios:
ἀλλὰ σύγε,
Οὐαλεριανέ, τὴν αὐτὴν μιαιφονίαν ἐνδειξάμενος τοῖς ὑπηκόοις τοῦ θεοῦ, τὴν ὁσίαν κρίσιν ἐξέφηνας ἁλοὺς αἰχμάλωτός τε καὶ δέσμιος ἀχθεὶς σὺν αὐτῇ πορφυρίδι καὶ τῷ λοιπῷ βασιλικῷ κόσμῳ, τέλος δὲ ὑπὸ Σαπώρου τοῦ Περσῶν βασιλέως ἐκδαρῆναι κελευσθεὶς καὶ ταριχευθεὶς
τρόπαιον τῆς σαυτοῦ δυστυχίας ἔστησας αἰώνιον.
Pero tú, Valeriano, tras mostrar la misma ansia criminal hacia los que obedecen a Dios, revelaste el juicio pío tras ser capturado, conducido, cautivo y encadenado, con la misma púrpura y el restante ornato imperial; y al final, desollado por orden de Sapor, el rey de los persas, y embalsamado, te erigiste en trofeo eterno de tu propio infortunio (trad. José B. Torres).
Los textos propuestos presentan elementos significativos de la iconología del Nuevo Testamento (y del Antiguo) que se han de seguir estudiando. Mi primer trabajo era una aportación al estudio de la iconología del emperador en una obra concreta a través de un elemento altamente relevante, la púrpura. Invirtiendo los términos, he presentado ahora un esbozo de estudio sobre la iconología del Nuevo Testamento. Seguramente este es un campo prometedor en el que se puede avanzar en un futuro.
Bradley, M. 2009. Colour and Meaning in Ancient Rome. Cambridge (cf. pp. 189-211, 226-227).
Fernández Uriel, P. 2010. Púrpura. Del mercado al poder, Madrid.
García Ureña, L. 2015. ‘Colour Adjectives in the New Testament’,
NTS 61: 219-238.
Longo, O. (ed.) 1998. La porpora: realtá e immaginario di
un colore simbolico. Atti del Convegno di Studio, Venezia 24-25 ottobre 1996. Venecia.
Reinhold, M. 1976. History of Purple as a Status Symbol in Antiquity. Bruselas.
Stulz H. 1990. Die
Farbe Purpur im frühen Griechentum. Stuttgart.
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