1. ARQUÍLOCO
2. LA TEMÁTICA BÉLICA DE CALINO Y TIRTEO. MIMNERMO
3. LA ELEGÍA EN EL S. VI A. C.: TEOGNIS Y SOLÓN
4. LA POESÍA YÁMBICA DE SEMÓNIDES E HIPONACTE
Tras lo expuesto en la entrada 09. Orígenes y circunstancias de la lírica arcaica, esta trata de las formas líricas no mélicas, elegía y yambo (aunque, en la categoría de “poesía yámbica”, se haya de incluir en algún caso, por ejemplo Arquíloco, también los tetrámetros y epodos).
1. ARQUÍLOCO
El primer autor lírico de obra conservada es Arquíloco (1ª mitad S. VII a. C.).
En relación con él se deben evocar, ante todo, sus circunstancias biográficas (su condición de bastardo, su vida como “soldado de fortuna”...); y se ha de discutir en qué medida se refleja su vida en su producción poética, p. ej. en estos dos fragmentos:
Soy yo servidor del soberano Enialio
y de las Musas, cuyo amable don conozco.
En mi lanza llevo amasado mi pan, en mi lanza llevo el vino
de Ismaro, que bebo en mi lanza apoyado.
- las lecturas “biográficas” (Suárez de la Torre 2000)
- y “antibiográficas” (West 1974) de Arquíloco.
Por cierto que, según observamos en los fragmentos, el “tono yámbico” no aparecía en Arquíloco restringido a la forma métrica del yambo.Según lo habitual, es importante elucidar el “sitio en la vida” que debía de ocupar esta poesía.
En este sentido hay buenos motivos para suponer que el lugar propio de los poemas de Arquíloco debían de ser los simposios celebrados junto a los compañeros de fratría. En el contexto de la reunión de soldados podían cobrar todo su sentido poemas como éstos:
No quiero a un general alto ni bien plantado,
ni que de sus bucles se ufane ni que se afeite con arte;
mas, por mí, ojalá sea uno pequeño y patizambo,
que se tenga firme sobre sus pies, lleno de corazón.
Algún Sayo se jacta con mi escudo, que, junto a un arbusto,
aun siendo una pieza admirable abandoné contra mi voluntad.
Pero yo me salvé: ¿qué me importa aquel escudo?;
que se vaya a paseo, pronto conseguiré otro mejor.
2. LA TEMÁTICA BÉLICA DE CALINO Y TIRTEO. MIMNERMO
Los dos primeros autores de elegía del S. VII que se consideran a continuación, Calino y Tirteo, coinciden en su temática bélica (mira Bowie 1990).
La despreocupación por el escudo que manifestaba el poema de Arquíloco antes citado podía sonar jocosa entre el público (un público de militares, suponemos). Pero sabemos que, en otras partes de Grecia, los ideales eran muy otros:
- p. ej., en Esparta, donde compuso Tirteo y donde las madres decían a sus hijos al partir a la guerra: “Con él [con tu escudo] o sobre él [muerto]”;
- o, p. ej., en la Jonia del S. VII en la que escribió Calino de Éfeso (hacia 650 a. C.): anima a los jóvenes a luchar contra los cimerios.
¡Adelante, hijos de los ciudadanos de Esparta,
la ciudad de los bravos guerreros!
Con la izquierda embrazad vuestro escudo
y la lanza con audacia blandid,
sin preocuparos de salvar vuestra vida; 5
que ésa no es costumbre de Esparta (trad. C. García Gual).
Por eso poseen todo el sentido los versos en los que Tirteo insta a los jóvenes a defender la patria y morir, si es necesario, por ella; en la situación contemporánea de Esparta son impensables (por subversivos) los versos en los que Arquíloco se reía de haber abandonado el escudo para salvar la vida.
Es decir, esto es la prueba más palpable de que los versos de cada lírico se adaptan a sus circunstancias y las del público para el que compone.Se ha supuesto que el lugar propio de las elegías de Tirteo habrían sido las comidas comunitarias, las syssitíai espartanas (Bowie 1986).
Mimnermo (Allen 1993), por su parte, nos es conocido fundamentalmente como poeta del amor y del carpe diem; ésa debía de ser la temática general de las elegías recogidas en su Nano.
¿Qué vida puede existir o qué placer sin la dorada Afrodita?
¡Quédeme yo muerto cuando ya nada de esto me interese:
ni el amor a escondidas ni sus dulces dones ni la unión en el lecho!
Tales son las atrayentes flores de juventud de que gozar pueden
hombres y mujeres; mas una vez que sobreviene la dolorosa vejez,
que torna repulsivo por igual incluso al hombre bello,
no cesan de atribular su corazón penosas cuitas que lo envuelven
y ni siquiera disfruta de la contemplación de los rayos del sol,
sino que lo aborrecen los muchachos y lo desprecian las mujeres.
¡Tan dolorosa hicieron los dioses la vejez! (trad. E. Suárez)
3. LA ELEGÍA EN EL S. VI A. C.: TEOGNIS Y SOLÓN
Al tratar de la elegía en el S. VI hay que referirse a Teognis y Solón, dos elegíacos que dieron a su poesía un contenido fuertemente moralizante.
Teognis de Mégara (2ª mitad del S. VI) trasluce en sus elegías los peligros y los cambios a los que se veía expuesta la sociedad aristocrática en una nueva época (Lahr 1992).
Se ha de recordar la fuerte conciencia de autor que evidencia su empleo del “sello poético” (sphragís), así como el resultado paradójico que representa la inclusión de tanto material ajeno en el corpus Theognideum (mira West 1974).
De Solón de Atenas (hacia 640 – 560) se debe recordar, en primer lugar, su papel histórico como reformador de la vida política ateniense.
Se debe intentar luego establecer el lugar que ocupó en su vida su poesía (mira Lisi 2000), que nosotros conocemos en forma de fragmentos gracias a la importante tradición, próxima a la hagiografía, que surgió en torno al personaje (Oliva 1988).
Es importante señalar los puntos que conectan entre sí a Solón y Teognis, al tiempo que los diferencian de los elegíacos de generaciones previas.
4. LA POESÍA YÁMBICA DE SEMÓNIDES E HIPONACTE
La poesía yámbica ya fue cultivada por Arquíloco. Para finalizar esta segunda entrada sobre lírica arcaica hay que referirse al caso de los dos autores más significativos del subgénero yámbico, Semónides e Hiponacte.
El primero debió de vivir en el S. VII a. C. (mira Pellizer 1983). Se debe destacar la relación que su poesía debía de tener con el ambiente del simposio.
Sus yambos son poesía crítica e hiriente, actitud característica de la poesía yámbica. Semónides es especialmente famoso por su misoginia: mira el “Yambo de las mujeres”, en el que compara a distintos tipos de mujeres con distintos tipos de animales, con valoración negativa salvo en el caso de la “mujer-abeja”.
Por otro lado se ha de indicar que, según parece, el “Yambo de las mujeres” debía de poseer un carácter posiblemente ritual (fr. 7 West; mira Lloyd-Jones 1975, Rösler 1993).En relación con Hiponacte de Éfeso (mira Degani 1984; Miralles-Pòrtulas 1988) se dirá que supuestamente vivió entre los años 560 y 490.
En su caso hay que volver a plantearse la cuestión de hasta qué punto cabe identificar con el individuo histórico al personaje goliardesco con el que se tropieza el lector, una vez y otra, en los fragmentos.
El lugar de ejecución más probable de su poesía debía de ser el simposio aristocrático.
ALGUNAS REFERENCIAS:
* Trabajos de carácter general:
BOWIE, E.L., “Early Greek Elegy, Symposium and Public Festival”, JHS 106 (1986), pp. 13-35.
BOWIE, E.L., “Miles Ludens? The Problem of Martial Exhortation in Early Greek Elegy”, en O. Murray (ed.), Sympotica. A Symposium on the Symposion, Oxford, 1990, pp. 221-229.
DEGANI, E., Poeti greci giambici ed elegiaci, Milán, 1977.
WEST, M.L., Studies in Greek Elegy and Iambus, Berlín-Nueva York, 1974.
WEST, M.L., Iambi et elegi Graeci ante Alexandrum cantati, Oxford, 1989-1992, 2ª ed.
* Sobre Arquíloco:
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BURNETT, A.P., Three Archaic Poets. Archilochus, Alcaeus, Sappho, Londres, 1983.
LASSERRE, F., Les épodes d'Archiloque, París, 1950.
LASSERRE, F., y BONNARD, A., Archiloque. Fragments, París, 1958.
MELERO, A., y SUÁREZ DE LA TORRE, E., “Un reciente problema para la filología clásica: el nuevo fragmento atribuido a Arquíloco”, CFC 13 (1977), pp. 167-197.
MERKELBACH, R., y WEST, M.L., “Ein Archilochos-Payrus”, ZPE 14 (1974), pp. 97-112.
MIRALLES, C., y PÒRTULAS, J., Archilochus and the Iambic Poetry, Roma, 1983.
SUÁREZ DE LA TORRE, E., “Archilochus’ ‘Biography’, Dionysos and Mythical Patterns”, en M. Cannatà Fera y S. Grandolini (eds.), Poesia e religione in Grecia, Perugia, 2000, tomo II, pp. 639-658.
TARDITI, G., Archilocho, Roma, 1968.
* Sobre elegía:
ADRADOS, F.R., “El poema del pulpo y los orígenes de la colección teognídea”, Emerita 26 (1958), pp. 1-10.
ALLEN, A., The Fragments of Mimnermus. Text and Commentary, Stuttgart, 1993.
DOMÍNGUEZ MONEDERO, A., Solón de Atenas, Barcelona, 2001.
GARZYA, A., Teognide: Elegie, Florencia, 1958.
LAHR, ST. VON DER, Dichter und Tyrannen im archaischen Griechenland. Das Corpus Theognideum als zeitgenossische Quelle politischer Wertvorstellungen archaisch-griechischer Aristokraten, Múnich, 1992.
LASSO DE LA VEGA, J.S., “El guerrero tirteico”, Emerita 30 (1962), pp. 9-57.
LATTIMORE, R., “The First Elegy of Solon”, AJPh 68 (1947), pp. 161-179.
LEIMBACH, R., “Kallinos und die Polis”, Hermes 106 (1978), pp. 265-279.
LISI, F.L., “La Elegía a las Musas de Solón”, Synthesis 7 (2000), pp. 69-88.
MIRALLES, C., y MUÑOZ VALLE, I., “Tirteo y Solón”, EClás 65 (1972), pp. 32-56.
OLIVA, P., Solon-Legende und Wirklichkeit, Constanza, 1988.
PELLIZER, E. “Sulla cronologia, la vita e l’opera di Semonide Amorgino”, QUCC 14 (1983), pp. 17-28.
PERETTI, A., Teognide nella tradizione gnomologica, Pisa, 1953.
PRATO, C., Tyrtaeus, Roma, 1968.
SANZ MORALES, M. , “La cronología de Mimnermo”, Eikasmos 11 (2000), 29-52.
SZADECZKY-KARDOSS, S., “Mimnermos”, RE Suppl. XI (1968), coll. 935-951.
TEDESCHI, G., “Solone e lo spazio della communicazione elegiaca”, QUCC 10 (1982), pp. 41-46.
VERDENIUS, W.J., “L'association des idées comme principe de composition dans Homère, Hésiode, Théognis”, REG 73 (1960), pp. 345-361.
* Sobre yambo:
DEGANI, E., Studi su Ipponacte, Bari, 1984.
LLOYD-JONES, H., Females of the Species: Semonides on Women, Londres, 1975.
MIRALLES, C., y PÒRTULAS, J., The Poetry of Hipponax, Roma, 1988.
MIRALLES, C., “Ipponatte e Petronio”, QUCC 50 (1985), pp. 89-106.
MIRALLES, C., “La poesia d'Hipònax”, Ithaca 1 (1985), pp. 31-56.
PÒRTULAS, J., “La Dolonia burlesca d'Hipònax”, Faventia 7 (1985), pp. 7-14.
RÖSLER, W., “Über Aischrologie im archaischen und klassischen Griechenland”, en S. Dopp (ed.), Karnevaleske Phänomene in antiken und nachantiken Kulturen und Literaturen, Tréveris, 1993, pp. 75-97.
SUÁREZ DE LA TORRE, E., “Hiponacte cómico”, Emerita 55 (1987), pp. 113-139.
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