La publicación, hace una semana, del primer capítulo de la Poética ha tenido cierto éxito relativo. A ver si esta semana Aristóteles sigue teniendo el mismo poder de convocatoria!!!
[1448 a] Dado que, quienes imitan, imitan a personas que actúan, y por necesidad han de ser éstos de valía o indolentes (es que los caracteres se adecuan prácticamente siempre a estas únicas posibilidades, pues todos se diferencian en sus caracteres por su maldad y virtud), o bien los representan mejores que las personas de nuestro tiempo o bien peores o bien de la misma índole, según sucede con los pintores, pues Polignoto los pintaba mejores, Pausón peores y Dionisio iguales.
Evidentemente, cada una de las actividades imitativas mencionadas tendrá estas diferencias y será distinta por imitar cosas distintas de esta forma. Es que también cabe que surjan estas desemejanzas en el arte de la danza, la flauta y la cítara, y en lo que se refiere a las obras en prosa y a la poesía carente de acompañamiento.
Por ejemplo, Homero representaba a sus personajes mejores que en la realidad, Cleofonte iguales, y Hegemón de Tasos, el primero que compuso las parodias, y Nicócares, el de la Dilíada, peores. Ocurre de manera similar en lo que se refiere a los ditirambos y los nomos, †pues† se podría imitar como imitaron Timoteo y Filóxeno en sus Cíclopes. En función de esta misma diferencia se distingue también la tragedia de la comedia, pues la una quiere imitar a gente peor, la otra a gente mejor que los de ahora.
1 comentario:
Twiteada tu entrada ya, espero la siguiente.
Hê gar noy enhergeia zôhê.
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