domingo, 26 de abril de 2015

CIENCIA Y SUPERSTICIÓN EN LA GRECIA IMPERIAL


Puede que esta entrada sea, por su tema, la más peculiar del blog. O al menos la más peculiar entre los sesenta platos de Literatura Griega que componen el núcleo originario de este festín. La primera versión se publicó en noviembre de 2008. No la había modificado desde entonces. Quizá sea hora de reconsiderar en qué sentido cabe presentar unidas la ciencia y superstición griegas de época imperial.


1. LA CIENCIA IMPERIAL Y LA COMPOSICIÓN DE SÍNTESIS.

Se ha de decir, ante todo, que en el mundo de la ciencia  imperial se observa un fenómeno ya apuntado en otras entradas: el gran protagonismo concedido a la composición de síntesis en la Grecia imperial o, ampliando los límites cronológicos, desde el momento en que el mundo griego entra en la órbita de Roma.

Este espíritu sintético se puede ejemplificar aludiendo a lo que sucede en campos muy distintos del saber.
  • Por ejemplo, en gramática, ámbito en el que se recordarán los nombres de Apolonio Díscolo (hay traducción de su Sintaxis en Bécares Botas 1987), Herodiano o Hefestión, quien propiamente se dedicó a la métrica.
  • Al mismo espíritu responden, dentro de la musicología, el tratado Sobre la música de Aristides Quintiliano (cfr. Colomer-Gil 1987).
  • Dentro de la mecánica y geometría, Herón Alejandrino, o, en lo que se refiere a la matemática, Claudio Ptolomeo.

2. LA CIENCIA MÉDICA. GALENO.

Con todo, la situación es ligeramente diferente en el ámbito de la ciencia médica (cfr. Nutton 2004). En ésta también poseyeron gran importancia las investigaciones del pasado y continuaron vigentes las polémicas entre metódicos, pneumáticos y eclécticos.

Pero, al tiempo, se compusieron obras originales, entre las que destaca ante todo la de Galeno (cfr. Moraux 1985; Nutton 1981).

Galeno (129 – ca. 199), natural de Pérgamo (sede de un importante culto al dios de la medicina, Asclepio) y afincado en Roma (donde fue médico de la familia imperial), es, junto a Hipócrates, uno de los médicos más importantes de la Antigüedad.

Como profesional de la medicina siguió a Hipócrates y su teoría de los humores, aunque aceptó también las ideas de otros. Por ello, su postura médica puede ser considerada como ecléctica.

Más allá de sus dotes indiscutibles como científico, Galeno es un auténtico polígrafo que ocupa también un puesto en la historia de la literatura griega imperial. Los temas de su extensísimo corpus (en el que se incluyen algunos trabajos espurios) son muy variados; junto a los temas médicos, Galeno trató también
  • los filosóficos
  • y los filológicos.
Téngase en cuenta que, según la tradición, el padre de Galeno recibió en un sueño el consejo de que educara a su hijo tanto en medicina como en filosofía, y que Que el mejor médico es también filósofo es, significativamente, el título de una de sus obras. Sobre el sueño de su padre se expresa así Galeno en Sobre el orden de mis libros (4):
Cuando llegué a los diecisiete años, [mi padre], movido por unos sueños clarividentes, me hizo emprender el estudio de la medicina al tiempo que el de la filosofía.
Y en Sobre el pronóstico (2):
Cuando mi padre me introdujo en la filosofía, recibió a través de ciertos sueños clarividentes la orden de instruirme también en la medicina, pero no como una enseñanza a modo de pasatiempo.
Como filósofo adoptó una actitud ecléctica, acorde con la formación que había recibido en Pérgamo, donde se le instruyó en las cuatro corrientes filosóficas del momento (platonismo, aristotelismo, estoicismo, epicureismo), de las que rechaza el epicureismo y el escepticismo.

Como filólogo escribió p. ej. estudios (hoy perdidos) sobre el vocabulario de Eurípides y Aristófanes. Su interés por la dicción le llevó además a cuidar el estilo en toda su obra, también en la médica, donde entendía que era tanto más necesaria la precisión en el uso del lenguaje.
Con todo, la bibliografía suele indicar los defectos de su estilo. P. ej., para el caso de Sobre el pronóstico, Martínez Manzano (2002, 226) comenta que “las reminiscencias literarias y los adornos retóricos oscurecen a menudo el fondo de los casos descritos”.
A través de traducciones árabes conocemos también en parte lo que escribió Galeno a propósito de dos literatos de su época: Elio Aristides y Luciano. Para el gusto contemporáneo sorprende, por cierto, la preferencia de Galeno por aquél frente a éste.

Aunque parezca curioso, Galeno merece además un puesto en la historia de la autobiografía. Ello es así por los tratados en los que habla de sus logros y su obra. En este sentido es importante, junto a los escritos Sobre el orden de mis libros y Sobre mis libros, el tratado Sobre el pronóstico.
También tiene cierta importancia el estudio Sobre la distinción de las pulsaciones. E igualmente sería interesante conocer lo que decía Galeno en su obra perdida Sobre la calumnia y sobre su propia vida.
Nótese que, en la vida de Galeno, se presenta como una constante la necesidad de defenderse de quienes atacaban su obra y sus éxitos, según él por envidia. P. ej., dentro de Sobre el pronóstico, cfr. este pasaje (3):
Yo sé que tú, mi querido Epígenes, no cesaste de anunciar mis sucesivas predicciones en este caso y la terapia que aconsejé, pero para mí, que hasta entonces había sido admirado por mi vida irreprochable y por mis actuaciones profesionales, aquello supuso la primera experiencia del comienzo de la envidia.
(Otros médicos llamados a consulta se alegran esperando que el pronóstico de Galeno falle y el enfermo muera).
Para valorar el sentido de estas rivalidades entre médicos se ha de recordar que, aunque Galeno se enorgullecía de contar con una formación profunda en medicina, en su época no debía de ser lo normal ese tipo de formación: no existía ninguna formación reglada para médicos ni requisitos mínimos para quienes ejercían la medicina.
Es contra estos falsos profesionales contra quienes combate Galeno, por cierto con una dosis enorme de vanidad.
En relación con los escritos autobiográficos, las cuestiones que parecen interesar ahora más a la crítica son dos:
  1. La verosimilitud de las informaciones de Galeno (hasta qué punto es veraz la imagen que el autor da de sí mismo).
  2. Lo que los escritos nos permiten conocer sobre la relación de Galeno con la corriente de la Segunda Sofística.
En este sentido recordaremos que el tratado Sobre el pronóstico, el texto autobiográfico fundamental de Galeno, es el que presenta mayores vínculos con otras creaciones de la Segunda Sofística.


3. LA FARMACOLOGÍA Y LA SÍNTESIS DE DIOSCÓRIDES.

Antes de pasar a hablar de la superstición, podremos cerrar la exposición sobre la ciencia imperial con unas consideraciones a propósito de la farmacología.

La síntesis de Dioscórides Pedáneo (S. I, 2ª mitad), Perì hýles iatrikês, fue una obra de gran éxito dentro de la tradición medieval y renacentista. Con el título de Plantas y remedios medicinales, hay traducción en Gredos (cfr. García Valdés 1998).


4. EL MUNDO DE LA SUPERSTICIÓN. ARTEMIDORO DE DALDIS.

El contrapunto para la ciencia lo ofrece el mundo de la superstición (no necesariamente divorciado del mundo científico, en tanto que caminos distintos para ejercer el control sobre la naturaleza), sobre cuya pujanza en época imperial nos ofrece un buen testimonio la colección de textos mágicos conservados en papiros (cfr. Calvo Martínez y Sánchez Romero 1987).

Con todo, si hablamos de supersticiones en época imperial debemos hacer un hueco a un autor y una obra que parece haber tenido incluso un cierto éxito editorial en nuestra época:

El libro de La interpretación de los sueños de Artemidoro de Daldis, S. II (Gredos, Ruiz García 1989). Artemidoro era realmente de Éfeso, quien era de Daldis era su madre: pero escogió llamarse “daldiano” por devoción al Apolo de esa ciudad.
El libro muestra, en primer lugar, el gran interés que había en su época por los sueños: de ese interés dan testimonio también, en la misma cronología, Galeno y Elio Aristides.
La obra, de inspiración estoica, intenta ofrecer una auténtica sistemática sobre los sueños y sus interpretaciones: pretende ser, además, un estudio científico, basado en la aplicación de un método empírico al análisis de sueños.

Parte importante del método interpretativo de Artemidoro es la distinción entre óneiros y enýpnion.
  • El primero es, en el sistema de Artemidoro, el sueño profético.
  • En cambio, el segundo no es más que “reflejo de las angustias de la vigilia” (Bowersock).
La interpretación de los sueños consta de cinco libros, de los que los dos primeros constituyen el núcleo originario, al que luego debió de añadir el propio Artemidoro los otros tres. Es de importancia para conocer la mentalidad de la época y para cualquier estudio sobre la intrahistoria del momento (S. II).

En el pasado se consideró la obra como ejemplo de una pseudoliteratura para hombres supersticiosos. Hoy en día se tiende a entender que el público de Artemidoro debía de estar integrado más bien por individuos de clase alta, instruidos, interesados por el ocultismo.



ALGUNAS REFERENCIAS:

* Sobre aspectos generales de la ciencia en época imperial:
BECARES BOTAS, V. (trad.), Apolonio Díscolo. Sintaxis, Madrid, 1987.
COLOMER, L., y GIL, B. (trads.), Aristides Quintiliano. Sobre la música, Madrid, 1996.
GARCÍA VALDÉS, M. (trad.), Dioscórides. Plantas y remedios medicinales, Madrid, 1998.
LÓPEZ FÉREZ, J.A., “Ciencias”, en J. A. López Férez (ed.), Historia de la Literatura Griega, Madrid, 1988, pp. 1160-1187.

* Sobre Galeno:
LARRAIN, C. J., Galens Kommentar zu Platons Timaios, Stuttgart, 1992.
MARTÍNEZ MANZANO, T. (trad.), Galeno. Tratados filosóficos y autobiográficos, Madrid, Gredos, 2002.
MESTRE ROCA, F., “Galè: l'autobiografia d'un home de ciència”, en Ferreres Lambert (ed.), Actes del ixé simposi de la Secció Catalana de la SEEC, Barcelona, 1991, tomo II, pp. 673-677.
MORAUX, P., Galien de Pergame. Souvenirs d'un médecin, París, 1985.
NUTTON, V., “Galen and medical Autobiography”, PCPhS 18 (1972), pp. 50-62.
NUTTON, V. (ed.), Galen: Problems and Prospects, Londres, 1981.
NUTTON, V., Ancient Medicine, Londres-Nueva York, 2004.
NUTTON, V., Galen: A Thinking Doctor in Imperial Rome, Nueva York, 2020.

* Sobre Artemidoro y la superstición en época imperial:
BLUM, C., Studies in the Dream-Book of Artemidorus, Uppsala, 1936.
CALVO MARTÍNEZ, J. L., y SÁNCHEZ ROMERO, M.ª D. (trads.), Textos de magia en papiros griegos, Madrid, 1987.
NIETO IBÁÑEZ, J.Mª, “El método de interpretación oniromántica en el «Onirocriticon» de Artemidoro de Daldis”, EHum 16 (1994), pp. 273-288.
PACK, A., “On Artemidorus and his Arabic Translator”, TAPhA 98 (1967), pp. 313-326.
RUIZ GARCÍA, E. (trad.), Artemidoro. La interpretación de los sueños, Madrid, 1989.
WALDE, CHR., Antike Traumdeutung und moderne Traumforschung, Düsseldorf-Zúrich, 2001.


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