viernes, 29 de abril de 2011

EURÍPIDES, BACANTES: EL PRÓLOGO


Durante este curso he trabajado las Bacantes de Eurípides con un alumno del primer año de Griego. No es que todos mis alumnos sean monstruos de la naturaleza (no, todos no) que entran en la universidad recitando coros de tragedia. Lo que ocurre es que, a Eugenio, su padre le enseñó griego cuando debía de tener catorce años.

Por supuesto era un desperdicio de tiempo y entusiasmo explicarle a este alumno que la beta viene después de la alfa. En lugar de eso decidimos dedicar el año a trabajar una tragedia de Eurípides; y la que le propuse fueron las Bacantes. La hemos leído y traducido a partir de la edición de Diggle. Lo que cuelgo ahora es mi versión del prólogo de la tragedia, pronunciado por Dioniso a su regreso a su patria, Tebas.

El plan especial de Eugenio le ha servido a él para familiarizarse con un género que no había leído nunca en el original griego, para aprender a cantar trímetros y para introducirse en el maravilloso mundo de la crítica textual. Yo me he beneficiado tanto como él de esta simbiosis. En los nuevos tiempos de Bolonia será un consuelo recordar que mis últimas clases de griego en la Facultad de Filosofía y Letras de mi Universidad las dediqué a hacer filología con un texto como las Bacantes de Eurípides.

Gracias, Eugenio.



DIONISO

Me presento, de Zeus hijo, en esta tierra tebana,
Dioniso, al que parió otrora la hija de Cadmo,
Sémele, a quien hizo alumbrar el fuego que el rayo porta.
Después de trocar mi forma de dios por una mortal,
me hallo junto a las fuentes del Dirce y el agua del Ismeno.
Y veo la tumba de mi madre, víctima del rayo,
esta es, cerca de la casa, y las ruinas del palacio
a las que hace humear la llama del fuego de Zeus, aún viva,
inmortal exceso de Hera contra mi madre dirigido.
Alabo a Cadmo, quien este terreno intransitable
ha hecho, de su hija recinto; de la vid yo
todo alrededor lo he cubierto con el follaje rico en racimos.

Tras abandonar las campiñas de abundante oro de los lidios
y de los frigios, las planicies batidas por el sol de los persas,
las murallas bactrianas y la tierra de invierno inclemente
de los medos recorrí, y Arabia dichosa
y toda el Asia que junto al salado mar
se extiende, la que tiene sus ciudades de hermosas torres
llenas en mezcolanza de helenos y, juntamente, bárbaros;
esta es la primera ciudad de los griegos a la que he llegado
después de formar allí mis coros e instituir mis
misterios, para ser una divinidad conocida por los mortales.


Y a esta Tebas la primera de la tierra helena
excité entre clamores, prendiendo una piel de cervatillo a su cuerpo
y el tirso poniendo en su mano, proyectil de yedra.
Es que las hermanas de mi madre, las que menos convenía,
iban diciendo que yo, Dioniso, no había nacido de Zeus
y que Sémele, tras ser seducida por algún mortal,
a Zeus atribuía la deshonra de su lecho,
triquiñuelas de Cadmo, por lo cual la mató
Zeus, proclamaban, porque su matrimonio fingió.
Pues bien, a ellas mismas de palacio hice yo salir
enloquecidas, y el monte habitan con mente trastornada,
y a llevar la indumentaria de mis ritos las forcé.
Y a toda la femenil simiente, cuantas eran
mujeres de los cadmeos, las saqué, locas, de sus casas.
Juntamente mezcladas con las hijas de Cadmo
bajo los verdes abetos se asientan en peñas sin techo.
Pues es preciso que esta ciudad aprenda bien, aun sin quererlo,
que vive sin iniciarse en mis ritos báquicos,
y que yo salga en defensa de mi madre Sémele
mostrándome ante los mortales como divinidad engendrada por Zeus.


Es que Cadmo dignidad y tiranía
a Penteo ha transmitido, nacido de su hija,
el cual a los dioses combate al enfrentarse conmigo y de las libaciones
me aparta y en ningún punto de sus súplicas hace memoria de mí.
Por lo cual les demostraré que he nacido como dios a él
y a todos los tebanos. Y a otra tierra,
tras poner en orden lo de aquí, tornaré mi pie,
mostrando mi persona. Y, si es que la ciudad de los tebanos
con saña, con armas, del monte a las bacantes sacar
intenta, a las ménades me uniré en campaña militar.
Por lo cual he cambiado mi aspecto por el de un mortal
y mi forma transformé a la natural de un varón.

Mas, las que abandonasteis el Tmolo, baluarte de Lidia,
tíaso mío, mujeres a las que de entre los bárbaros
traje como mis asistentes y compañeras de camino:
alzad los tímpanos, que en ciudad de frigios
se hallan en suelo propio, invento mío y de la madre Rea,
y montad estrépito yendo a uno y otro lado de este palacio,
el de Penteo, que lo vea la ciudad de Cadmo.
Que yo, yendo a los pliegues del Citerón,
donde se hallan las bacantes, participaré con ellas en los coros.




jueves, 21 de abril de 2011

DIEZ DE DIEZ


Hace casi tres años me propuse elaborar una lista de novelas básicas. Digamos que entiendo por "novelas básicas" las que debería incluir un pack que le mandásemos a un extraterrestre interesado en conocer la novela humana en sus hitos representativos y esenciales.

Hice una consulta entre mis contactos de Facebook y mis alumnos de la Universidad de Navarra. Así salió una lista aquilatada que, por supuesto, no satisfará a todo el mundo, así son estas cosas. Pero repito, se trata de hacer un listado de diez títulos "representativos y esenciales" que condensen el esfuerzo narrativo del hombre a ojos de, digamos, un ser de otra galaxia.

Tampoco se trata de diez recomendaciones de lectura. Estoy seguro de que más de uno de estos títulos puede desconcertar e indigestar a algunos lectores. 

Termino con dos indicaciones:
  • La lista estaba prácticamente cerrada y cotejada con opiniones de amigos (y esposa) en otoño de 2008. Pero era una lista de nueve títulos. Confieso que he tenido dificultades a la hora de elegir la décima novela. Esta es Grandes Esperanzas de Dickens... sí, Grandes Esperanzas, a condición de que se la lea en las condiciones que indica el listado.
  • Pero, ¿qué hace un listado como este en el blog de Homero? Es verdad que la lista que aquí se propone transciende todos los límites del blog (lingüísticos e históricos). Claro que también es cierto que la primera de las diez novelas es la obra de Heliodoro, por si alguien se pensaba (que los hay) que la novela es un invento del S. XVI. ¿Que "Diez de Diez" nos sigue pareciendo una entrada poco clásica? Entonces la próxima misión consistirá en decantar los diez hitos básicos de la literatura griega.
Pero esto queda para otro post. Ojalá que estos DIEZ títulos os den para pensar, reflexionar y comentar.

Heliodoro, Teágenes y Cariclea

Chrétien de Troyes, Erec y Enid 

Lazarillo de Tormes

M. de Cervantes, Don Quijote

H. Fielding, Tom Jones

Ch. Dickens, Grandes esperanzas [si se lee con el final original]

F. Dostoievski, Crimen y castigo

M. Proust, Por el camino de Swann

Th. Mann, La montaña mágica

V. Woolf, Las olas


PS. En un post de El rincón de Alejandría citan esta entrada. En un comentario que he icluido ahí explico el porqué del extraterrestre, aquí os lo copio:
"Lo del extraterrestre viene por algo que leí en un tebeo cuando era niño. Baja el marciano con una misión, conseguir las obras más representativas de la literatura de los humanos. Entonces entra en una librería, pide que le hagan la selección y el encargado le escoge la Ilíada, la Odisea y el Quijote. Pero el mozo que prepara el paquete se equivoca y envuelve dos cuentos para niños y la guía de teléfonos de Madrid. A los jefes del marciano les gustan los cuentos para niños aunque les parecen muy muy simples. La guía de teléfonos, en cambio, los agota y les hace abandonar cualquier plan de invadir la Tierra, por los siglos de los siglos."


sábado, 2 de abril de 2011

EPICTETO Y LA ESCRITURA


“Si quieres ser escritor, escribe” – Epicteto

Cuando llegué a Pamplona en 1992 desembarqué en el piso de un doctorando chileno, jurista de oficio y filósofo de vocación. Raúl Madrid era, según un amigo común, muy poco "sobrio". Sí, había demasiados libros en su habitación, demasiados mapas y carteles.

En uno de ellos leí por vez primera la máxima de Epicteto que abre esta entrada. Aquella frase resonaba como un aldabonazo, era un banderín de enganche para dos futuros profesores que, en algún momento, se plantearon tener otra profesión y otros escritos.

Dedico esta entrada a mi amigo Raúl, tan distante, tan distinto, tan próximo. Dedico esta entrada a todos mis alumnos de Navarra con los que me reúno cada quince días para leer y comentar juntos cuentos y poemas. Porque, si quieres leer, lee. Si quieres escribir, escribe.

ἂν θέλῃς γραφικὸς εἶναι, γράφε – Ἐπίκτητος